Maritza Ramírez Aguilar, su prima sin secundaria ya es bibliotecaria, pero su cuñado, José Luis Guzmán, esposo de su hermana, director de Secundarias a nivel estatal

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Maritza Ramírez Aguilar, su prima sin secundaria ya es bibliotecaria, pero su cuñado, José Luis Guzmán, esposo de su hermana, director de Secundarias a nivel estatal FOTO: WEB
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Armando Ortiz / El mal ejemplo de nepotismo del gobernador, quien puso a su primo hermano como administrador de las finanzas de Veracruz, se ha replicado en todo el estado, de tal modo que no hay funcionario que no haya colocado al menos algún pariente en la administración pública de Veracruz. Pero el caso de Maritza Ramírez Aguilar, subsecretaria de Educación Básica, es emblemático. Ya reportamos que pudo colocar a su prima Estefanía Beltrán Aguilar como bibliotecaria, siendo que era una irresponsable intendente y ni siquiera terminó la secundaria. Pero el colmo de el nepotismo es que Maritza Ramírez Aguilar colocó a su cuñado, José Luis Guzmán Ríos, esposo de su hermana, como director general de Educación Secundaria a nivel estatal. Nos comentan los maestros que esto ha derivado en diversas irregularidades y atropellos debido a la falta de conocimiento de este sujeto en el puesto, derivando un acoso constante hacia los maestros, principalmente a la base de la escuela Secundaria Técnica 3 de Xalapa. Sobre este acoso laboral existen documentos de las denuncias que los docentes han puesto desde hace más de un año y hasta el día de hoy no han tenido respuesta alguna. Los maestros lamentan que la Técnica 3, una de las de más abolengo en Xalapa y en el estado, de donde salió el infausto gobernador Cuitláhuac García, cada día se desmorona más.

Reflexiones sobre el caso Fátima Cecilia, una niña de 7 años que dejan sola en la puerta de una escuela, se la llevan y la asesinan

Suponga usted que va a la escuela primaria por su hijo. Ya es tarde, van a dar las 07:00 pm y sabe que en estos días a las 6:30 pm ya empieza a oscurecer. En la entrada sólo está su hijo y otra niña, una de siete años. Toma usted a su hijo, vuelve a mirar a la niña de siete años, ya está oscureciendo y no hay nadie con ella; sus padres no la han recogido. ¿Qué haría usted? ¿Puede retirarse tranquilo de ahí sin preguntar a los encargados de la escuela por qué está esa niña de siete años se encuentra afuera del plantel, sola, a esa hora y esperando a sus padres? Decenas de padres pudieron ver a Fátima Cecilia, una niña de siete años esperando a que la recogieran. Pero sólo uno o dos la vieron quedarse sola a esa hora del día. Algunos padres quizá la reconocían, quizá habían visto que en otras ocasiones sus familiares la habían dejado esperando más tiempo. Pero, ¿por qué no dieron la alerta? ¿Por qué conformarse con sólo ver a la niña sola, darle un saludo y decirle: “No tardan en llegar tus padres eh, tú tranquila”? Otra vez le pregunto, ¿qué haría usted? Podría irse tranquilo pensando que algo le podría pasar a esa niña de siete años que se queda solita mientras la tarde se pone cada vez más oscura. Oiga, y si alguna vez a usted se le hace tarde y no puede llegar a tiempo para recoger a su hijo, ¿le gustaría que los otros padres sólo lo miraran ahí solito, en la tarde que oscurece, y que le dijeran: “No tardan en llegar tus padres eh, tú tranquilo”, pero que no hicieran más? Cómo hubiera usted agradecido que, al llegar tarde a recoger a su hijo, lo encontrara con otros padres, esperando por usted para que el pequeño no se quedara solo. Pero ninguno de esos padres se quedó con Fátima y por eso le sacaron los órganos, la violentaron y la devolvieron en una bolsa.

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