Los que tienen una tienda, saben que no es fácil administrarla, se tiene que atender a la clientela, liar con proveedores y, sobre todo, cuidar muy bien el dinero para que no haya pérdidas. Sin embargo, cuando existe mala administración, ésta tarde o temprano se irá a la quiebra. Esta sencilla semejanza nos ayuda a comprender la situación financiera por la que pasa el Gobierno del Estado de Veracruz. Resulta que Cuitláhuac García resultó ser un mal abarrotero y, si alguien lo duda, ahí está el informe de la Unidad de Fiscalización de la Secretaría Función Pública, que detectó ciertas irregularidades, entre ellas que el gobierno de Veracruz, no ha podido aclarara o justificar la friolera cantidad de 683.2 millones de pesos, provenientes de recursos federales.
Y, por si fuera poco, también se detectó que se retuvieron las cuotas de seguridad social, sobre todo de afiliados al ISSSTE, por un monto acumulado de 50 mil 137.8 millones de pesos. Aunque esa situación se complica aún más, ya que el gobierno del hijo de Atanasio García no informó de esta situación a la Tesorería de la Federación (Tesofe) y ocultó que condonó multas sobre créditos fiscales.
Este asunto es serio, ya que la Unidad de Fiscalización de la Secretaría Función Pública ha observado serios problemas estructurales, que pueden ocasionar riesgos al erario y ocasionar problemas al ejercicio del gasto público. En otras palabras, Cuitláhuac García no sabe administrar el dinero de las remesas federales.
Comentarios