Ingrid Escamilla, la joven que fue víctima de feminicidio por parte de su esposo Éric, en sus redes sociales siempre se le veía una actitud positiva. En las fotografías que se tomaba, la joven siempre salía con una gran sonrisa blanca. Ella era una mujer orgullosa de su trabajo, de su vida, y aprovechaba cada momento para hacerlo saber. Ingrid tenía una maestría en Administración de Empresas Turísticas en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), lo que la mantenía satisfecha y feliz.
A la joven Ingrid le gustaban los animales, tenía perros a los cuales les tomaba fotografía para presumirlos en sus redes sociales. «Estos seres tan amorosos que forman parte de mi vida y mi familia son lo más importante para mí, porque son mis compañeros y mis amigos peludos incondicionales», escribió en una publicación. A Ingrid le encantaba la música y viajar, en su Facebook publicaba imágenes visitando distintos lugares del país.
Todo estaba bien en su vida hasta que decidió casarse con Éric Francisco, su pareja y presunto feminicida. Erick la asesinó de la manera más cruel. Francisco no se conformó con quitarle la vida a una mujer joven de 25 años, llena de ilusiones metas y un corazón noble, como la describen sus conocidos. Además, realizó toda clase de actos crueles contra su cuerpo. A los mexicanos nos ha conmovido este caso llenándonos de indignación y tristeza, pues la vida de Ingrid nunca debió de haber terminado de esa manera. El pueblo de México pide justicia para Ingrid, el pueblo pide que se le ponga un alto rotundo a estos casos de feminicidios.
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