Nueve mujeres asesinadas en 9 días

Cuitláhuac
Cuitláhuac García FOTO: WEB
A Cuitláhuac la inseguridad le vale
Cifras de desaparecidos en aumento

Carlos Jesús Rodríguez Rodríguez / TAL VEZ parezcamos impertinentes a los ojos del Gobernador Cuitláhuac García Jiménez (a quien solo le agradan las noticias de sociales, o leer que sigue siendo el más honesto y fregón de los mandatarios Estatales), o a la mismísima Fiscal General del Estado, Verónica Hernández Giadáns, pero simple y llanamente no podemos callar ante la evidencia de lo que está ocurriendo en el Estado, mientras el mandatario, con un desparpajo atroz se pone a pintar paredes para la fotografía populista, condenable, risible y ridícula en lugar de atender los verdaderos problemas que están afectando a los veracruzanos, como es la intolerable inseguridad que tan solo en los primeros 9 días de este mes ha provocado la muerte de 9 mujeres, mientras que otro tanto han sido víctimas de secuestro y una más de secuestro exprés, algo que resulta inaudito y condenable, y que debería inducir al gobernante a asumir acciones contundentes y dejarse de comedias, ni siquiera producto de la originalidad ya que el mismo teatro escenificaron en su tiempo los ex Gobernadores Fidel Herrera Beltrán, Javier Duarte de Ochoa y Miguel Ángel Yunes Linares, en un acto que mueve a conmiseración ya que tal parece que a los gobernantes se les agotó el cacumen y solo se dedican a repetir lo de otros. Pintar una pared con gorra, playera, pantalón y zapatos usados imitando a los humildes pintores de brocha gorda es una burla a esos trabajadores que se ganan la vida realizando esa actividad por la que perciben una miseria, y que Cuitláhuac debería saberlo y en ese tenor, contratarlos con buenos salarios para que tengan mejores ingresos para el bienestar de sus familias.

PERO VOLVIENDO al tema inicial, nueve mujeres asesinadas en 9 días pinta el horror que se está viviendo en el Estado, y si a lo anterior agregamos nueve secuestros y un secuestro exprés, las cifras están como para mandar a volar al secretario de seguridad Pública, Hugo Gutiérrez Maldonado; a su cuñado, el titular de la ministerial, Samuel López Leza; al mismísimo corta listones y representante del Gobernador en bodas, quince años, bautismos y confirmaciones, Eric Patrocinio Cisneros Burgos y a la encargada de la Fiscalía debido a la incapacidad que han demostrado ante semejante atmósfera que, además de muerte de mujeres, exhibe otros ilícitos de gran impacto como son los asesinatos de varones, y la desapariciones de infinidad de personas, a tal grado que la lista negra –de acuerdo a Lucía Díaz Genao, directora del Colectivo Solecito Veracruz- rebasa las 20 mil personas en territorio Estatal, la mayoría, jóvenes de entre 14 y 25 años de edad. Hay actualmente 100 puntos de referencia donde, de acuerdo a denuncias anónimas, hay fosas clandestinas que pudieran guardar cientos de personas ejecutadas cuyos cuerpos fueron inhumados ilegalmente para desaparecer cualquier evidencia, y apenas el domingo, en una tumba clandestina ubicada en las inmediaciones de Paredón Viejo municipio de Huiloapan fue encontrado el cuerpo del empresario dulcero, Roberto Cruz García, secuestrado una semana antes en Río Blanco tras ser sacado violentamente de su domicilio por un grupo armado. El cuerpo fue exhumado en una barranca entre el afluente del Río Blanco y una carretera vecinal que se ubica a un costado de la Autopista 150D Córdoba Puebla, donde se sospecha la existencia de decenas de cuerpos, ya que el área donde fue encontrado el empresario había sido denunciada de manera anónima.

PERO VOLVIENDO al tema inicial, los asesinatos de mujeres son ya inauditos en el Estado, y lo peor es que nadie, ni siquiera las mujeres –en el Congreso del Estado, desde los institutos oficiales que deberían defenderlas, ONGs u organismos prodefensa de las féminas- están protestando para contener esos feminicidios o crímenes que lastiman y desangran a Veracruz. Porque como bien decía el periodista oaxaqueño, anarquista, escritor y filósofo, Ricardo Flores Magón, uno de los principales críticos del régimen porfirista: “el que comete un acto antisocial puede arrepentirse, y es deseable que se arrepienta; pero no es honrado exigir promesa de arrepentimiento a quien no desea otra cosa que procurar libertad, justicia y bienestar para todos sus semejantes, sin distinción de razas o credos”, y en una carta enviada a su abogado Harry Weinberger, Flores Magón dejó en claro: “si algún día alguien me convenciese de que es justo que los niños mueran de hambre y de que las jóvenes mujeres tengan que escoger alguno de estos dos infiernos: prostituirse o morir de hambre; si hay alguna persona que pudiese arrancar de mi cerebro la idea de que no es honrado matar en nosotros mismos ese instinto elemental de simpatía que empuja a cada animal sociable a auxiliar a los demás individuos de su propia especie, y la de que es monstruoso que el hombre, el más inteligente de las bestias, tenga que recurrir a las viles armas del fraude y del engaño si quiere alcanzar éxito; si la idea de que el hombre debe ser el lobo del hombre entra en mi cerebro, entonces me arrepentiré. Pero como esto nunca sucederá, mi suerte está decretada: tengo que morir en presidio, marcado como un criminal”. Y en efecto, Ricardo Flores Magón falleció el 21 de Noviembre de 1922 en un calabozo de la prisión de Leavenworth, Kansas, en Estados Unidos, pero su causa ayudó al derrocamiento de Porfirio Díaz difundiendo su mala fama mediante reportajes publicados en medios críticos. Irónicamente una vez muerto, el Estado contra el que tanto luchó comenzó a reconocerlo como el gran precursor de la Revolución mexicana. OPINA [email protected]

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