Lo señala muy bien Sara Sefchovich en su artículo “Ya vinieron por nosotros”, donde refiere ese texto de Martin Niemöller: «Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista. Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío. Por fin vinieron por mí, pero para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada». Ya vinieron por nosotros y no esperábamos que fuera durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, quien juró que defendería el derecho a disentir, porque él, la mayor parte de su vida política se la pasó disintiendo.
Señala la escritora en su artículo: «Esto es lo que estamos viendo en México: se ataca a intelectuales críticos de las decisiones presidenciales o de la actuación del partido en el poder, a periodistas que muestran la realidad desde una perspectiva no oficial, a activistas de causas que no le gustan al poderoso y a instituciones que no obedecen ciegamente sus instrucciones o que tienen datos diferentes a los suyos. Y esto se hace desde el poder y se replica en las redes sociales y en las leyes que se promulgan en las cámaras y en la procuración de justicia, que no es sino una burda burla».
Sólo que hay un detalle. Cuando vinieron por los “comunistas” algunos sí levantamos la voz; cuando vinieron por los judíos, algunos sí levantamos la voz; cuando vinieron por los católicos, algunos sí levantamos la voz. Entonces, ¿quién levantará la voz a favor de nosotros?
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