Francisco Vargas / Después de casi 13 meses de haber iniciado el gobierno de López Obrador, no hay un solo resultado tangible que demuestre que ha sido mejor que alguno de (por lo menos) sus tres más recientes antecesores. Las vergonzosas estadísticas en materia de seguridad, economía, creación de empleos o en el sector salud comprueban que estamos ante una de las peores administraciones de las que se tenga registro. Pues es que aquel sujeto que se la paso pregonando durante años de eterna campaña que cuando llegara al poder habría un “cambio verdadero” e iniciaría una transformación en el país, nunca especifico que ese cambio o transformación sería en perjuicio de México.
Esas (casi imposibles) promesas de campaña no se han podido concretar, pues es que el hoy Presidente de México se encontró con una cruda y amarga realidad a la hora de ascender al poder, ya que como dice el famoso dicho popular: “del dicho al hecho, hay mucho trecho”, (el demagogo populista que se la vivía viajando y recorriendo el país de a gratis, gracias a nuestros impuestos), jamás se imaginó que el tomar las riendas de la primera potencia de Latinoamérica era tan difícil, ya que él, al ser oposición imaginaba un país de fantasía, y que tan sólo con dar una orden llena de honestidad y un poco de magia podía cambiar el rumbo de la nación. O talvez quizás creyó que su mínima experiencia al gobernar la Ciudad de México por 5 años (con pésimos resultados) le podrían facilitar las cosas a la hora de gobernar 31 estados más.
Pero la realidad mexicana ya no sólo lo alcanzó, sino que lo ha rebasado en varios sectores, comenzando por la violencia desmedida en todo el país, donde tan sólo en su primer año de gobierno existieron más de 30 mil homicidios y feminicidios dolosos, superando a más del doble la cifra del gobierno anterior (y ya ni se diga a la de los otros sexenios). La recesión y estancamiento económico de -0.2% que no se veía desde el siglo pasado, y el cual (según sus compromisos de campaña) lograría superar de manera favorable a sus antecesores. Y desde luego no podría dejar de mencionar el evidente fracaso en su nuevo modelo de salud que gracias a su atroz “austeridad republicana” los recortes presupuestales han dejado sin medicinas, cirugías, tratamientos, camas y material de curación a cientos de hospitales y clínicas de todo el país que dependen directamente del fondo federal. Pareciera que a diario el Presidente tiene que evadir o en su caso enfrascarse en una infinidad de disparates para disentir con los medios periodísticos nacionales e internacionales que evidencian su fracaso presidencial y lo ponen en jaque ante una realidad que a diario va hundiendo más a México.
Si hay un compromiso que debo reconocer que el Presidente está cumpliendo, es su prioridad por los más pobres del país, pues es a ellos a los que principalmente están afectando la desaparición de programas como el Seguro Popular o Prospera.
Este evidente fracaso político me hace formular la siguiente pregunta:
¿Por qué si cuando [según los que hoy están en el poder] existía la corrupción, desfalcos millonarios y funcionarios coludidos con el narco? Había menos violencia, más generación de empleo, mejor crecimiento económico, no había desabasto de medicinas, y no teníamos las deplorables estadísticas con las que hoy contamos.
Es clara la respuesta, no sólo son iguales, son peores.
Pues claro que estaban bien los periodistas chayoteros con las millonadas que les daban los gobiernos del pri y el pan y ahora ya no le dan un quinto por eso añoran
Jesús Vázquez. No son los periodistas es lo que se ve y si no quieres ver la realidad porque te dan tu torta con atole, no te quejes cuando tengas un problema mayor
¿No entendiste que antes estábamos mal, pero ahora estamos peor? REVISA: ¿Por qué si cuando [según los que hoy están en el poder] existía la corrupción, desfalcos millonarios y funcionarios coludidos con el narco? Había menos violencia, más generación de empleo, mejor crecimiento económico, no había desabasto de medicinas, y no teníamos las deplorables estadísticas con las que hoy contamos.
No dice nada de lis periodistas.
NO HAY PEOR CIEGO QUE EL QUE NO QUIERE VER