Hay detalles que a la larga seguro traerán consecuencias, por ejemplo, la lista donde irán los nombres de las vacancias y el escrutinio de quienes son los maestros privilegiados para ocuparlas será un verdadero acto de fe. El confiar plenamente en la ética y honestidad de algunas autoridades estatales, es una moneda en el aire. Se sabe que, por abajo del agua, los encargados de velar por los intereses de los maestros, son los mismos que están proponiendo a sus familiares para ocupar los mejores puestos.
De manera que los maestros tendrán que estar a las vivas, con el conducir de los líderes sindicales y con el actuar de las autoridades estatales. No es gratuito que muchos maestros lo sean, sin haber presentado un examen de prelación. Lo cierto es que se deben respetar los derechos de los maestros, y una manera de hacerlo es comenzar a respetar Ley de para la Carrera de las Maestras y los Maestros. No hay de otra, hay que comenzar a respetar los derechos de los maestros.