El presidente Andrés Manuel López Obrador, en su conferencia mañanera dijo que en Vacaciones, mientras descansaba en Palenque, Chiapas, se enteró de la disculpa del papa Francisco, quien regañó a una mujer que lo jaloneó. “Me dio gusto que el papa se disculpara” dijo el presidente de México. Y alegó “somos humanos”, pues a él también sus fieles lo han jaloneado. Platicó de ocasiones en que lo jalonearon hasta para tomarse las selfies.
Cierto, se necesita mucha humildad para reconocer un error y para disculparse, sobre todo siendo una persona tan importante como el papa Francisco. Sin embargo, que no se le olvide a López Obrador que él ha insultado a los periodistas, en alguna ocasión llamándolos “perros sin bozal”, justificando que lo dijo porque era una frase de Gustavo Madero.
Cuando los periodistas le exigieron disculpas, López Obrador se disculpó, pero con los perros, a quienes les tiene mucho respeto. Si para reconocer un error se requiere de humildad, podemos decir que el presidente de México ha ido perdiendo esa humildad que tanto lo caracteriza en campañas y que la soberbia va nublando su razón. Ojalá tome el ejemplo del papa Francisco y deje de insultar, pues ha hecho de esa práctica si deporte favorito.
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