En realidad no es un país, es un estado, y es el de Veracruz, el tercer gran bastión de votos de Morena. Para el gobernador veracruzano, Veracruz es un paraíso donde la inversión crece, donde los empresarios hoteleros están de plácemes ya que el turismo se incrementó más del 300 por ciento según la bailadora folclórica que despacha en la oficina de Turismo. El mismo gobernador festeja que ya van 50 mil visitantes a la pista de hielo, aunque descuida las estadísticas de asesinatos en el estado. Un lugar completamente seguro, donde Coatzacoalcos luce como un pueblo fantasma, debido a los cortinazos y levantamientos de empresarios.
Ocupar el primer lugar de feminicidios en todo el país, seguramente es invento de los periodistas chayoteros, según la apreciación de la fiscal espuria, que por cierto hasta el momento no se ha demostrado que haya pasado los exámenes de seguridad para ocupar tan importante puesto. Y qué decir del ámbito educativo, donde cierto medio, seguramente, ese si bien chayoteado, pone a Zenyazen Escobar, casis, casi, como el salvador de Veracruz, y heredero a ocupar el puesto que deje su íntimo amigo, que por más espaldarazos que le da el preciso, no da una.
La realidad es que en el ámbito educativo, tampoco hay avances sustanciales. Ese es el estado que gobierna el hijo del Profe Atanasio, un gris personaje al que le quedo grande el traje de gobernador.
Y falta lo peor, cada día qué pasa con sus “funcionarios” y sus “acciones”