El gobierno de Enrique Peña Nieto se ensañó con la que en ese momento era la dirigente de más de un millón 600 mil docentes activos y de un buen número de maestros jubilados. Los principales colaboradores de Enrique Peña, la trataron con desdén, sólo muy pocos de los aliados de la maestra la defendieron. Es más, la principal traición la perpetuaron tres personajes a los que había ayudado a ascender en sus carreras políticas.
Tanto Juan Díaz de la Torre, Soralla Bañuelos, y Alfonso Cepeda Salas, actual dirigente, comenzaron a zopilotear el jugoso cargo que dejaba vacante la maestra. El puesto se le dio a Juan Díaz de la Torre, quien haciendo lo contrario a la maestra Gordillo, inmediatamente se puso las órdenes del gobierno y acepto la Reforma Educativa, en otras palabras, sirvió como mastín de los intereses del gobierno.
Tanto fue la abyección de estos personajes, que el SNTE perdió conquistas sindicales importantes, como la plaza base, carrera magisterial, la plaza comodín, el escalafón, pero eso no es todo, jamás pudieron superar el 6.4 % de incremento salarial, que había conseguido la maestra Gordillo. No por algo, un buen número de maestros, consideran que la maestra Elba Esther Gordillo, debe de llevar nuevamente las riendas del SNTE.
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