Coyame, me “rellena” de orgullo

Coyame
Refresquera Coyame FOTO: WEB
- en Opinión

Salvador Muñoz / En casa tenemos una fuerte pugna para dejar fuera de la mesa al refresco… y cuando hablamos de “refresco” nos referimos a la Coca Cola, la bebida que para muchos es considerada “su droga”, “su medicina”, “su remedio”, porque es de todos conocidos que se le ha dado poderes curativos a esta bebida… que si le sube la presión, coca; que si tiene diarrea, coca; que si le duele la cabeza, coca… ¡como sea! en nuestra despensa, poco a poco hemos cambiado el refresco por limones y ya saben, si de del cielo te caen limones, ¡saca el tequila y la sal!

A veces, y esas “veces” más esporádicas, la Mujer lleva tres botellitas, de las más “chirris” que hay, de la Coca, pero mañosa como es, las lleva en esta nueva modalidad que ha implementado la refresquera: sin azúcar, por si la Diabetes

Al contar con una familia demasiado dulce, soy “promenso” (que no propenso) a la Diabetes… luego entonces, la Mujer se preocupa porque no consuma azúcares y evita pegarme sustos porque dice que eso puede hacer que “me caiga el azúcar”… ¡imaginen que un día vi cómo mi gato, Ryan Gosling, perdió el equilibrio para caer desde el tercer piso… salí corriendo bajando las escaleras y temía encontrar a mi micifuz en el pavimento, pero no… estaba espantado, pero intentaba subir sobre la pared para volver a casa… lo abracé y revisé con la ansiedad que un padre gatuno puede tener… ¡estaba bien! Y cuando le conté a la Mujer, ella sólo sentenció: “A ver si no te cae azúcar”.

Sí, compramos azúcar… por lo regular un kilo que nos puede durar meses… si no es que viene la Suegra que consume azúcar que da miedo (y me pregunto por qué Dios es injusto que ella es tan campal endulzándose la vida y nada de amenazas diabéticas), y entonces nos dura días.

Le pregunto a la Mujer: “¿Has probado el Coyame?”, y ella cree que sí, pero me deja esa sensación de que lo confunde con el Zaraza Vargas, aunque ella insiste en que sí lo ha probado… y me quedo con el antojo… ¿a qué sabrá el Coyame? ¿Qué sabores traerá? De cajón, a fuerza que debe haber uno de naranja…

Todo esto viene a cuento porque el domingo, el Gobernador Cuitláhuac García Jiménez inauguró la rehabilitación de la refresquera Coyame que si no mal recuerdo, hace como cuatro o cinco años quebró y hasta hubo una manifestación por tiempo indefinido de ex empleados que esperaban su finiquito… bueno, pues de acuerdo a lo que se estuvo comentando ayer, los empresarios Carrasco, los que están apostando su inversión en la refresquera, esperaban solucionar el problema de estos empleados y además de ello, generar unos 300 empleos directos...

Le comentaba a la Mujer que hasta el momento, no conozco trabajo de gestoría de tal magnitud hecha por un diputado, como la realizada en Coyame por El Carón.

A Juan Javier Gómez Cazarín se le atribuye la intervención para la rehabilitación de esta embotelladora que parte de un punto básico en cualquier empresa o cruzada: la confianza. Así se la confirió el Gobernador García Jiménez como las familias Carrasco Armenta y Carrasco Mora.

Aunque si bien es cierto, apenas va el primer paso en Coyame, hay retos que superar y creo que el principal es que Coyame se desregionalice, es decir, que no se quede en la zona de los Tuxtlas, sino que se expanda en toda la entidad con dos cualidades a destacar, por ejemplo, en nuestros restaurantes: tenemos un refresco 100 por ciento veracruzano y elaborado con una de las mejores aguas del mundo

Claro que competir contra refresqueras ya posicionadas es complicado, por eso, se pretende que Coyame sea puesto en la mesa como un producto local, veracruzano, ahora sí, como dijera el eslogan de este gobierno, que nos “rellene” de orgullo… y por principio, que su producto se venda en envase de vidrio, en aras de que se contamine lo menos posible…

No sé… si Coyame trasciende las fronteras de los Tuxtlas, esa pugna familiar que tenemos en la mesa contra los refrescos y la diabetes, pudiera tener una tregua, ya nomás para tener el gusto de probar el agua mineral de Coyame, y si es de naranja, ¡mejor!

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