Cuando las cosas no se hacen bien desde el principio, y cuando se tratan de hacer a capricho y voluntad de un funcionario, tenga por seguro que habrá consecuencias. Tal es el caso del titular de la secretaria de educación, Zenyazen Escobar, quien creyendo que al contar con el apoyo de sus valedores del congreso, y con la venia de su mecenas del palacio de Enríquez, puede hacer lo que se le hinche su regalada gana.
Sin embargo, las cosas no siempre funcionan así; resulta que el oriundo de Rio Blanco, recogió a la malagueña y por su propios bigotes y barbas, las concesiones de cafeterías escolares a los concesionarios del ciclo escolar anterior, que porque había indicios de malos manejos de las mismas. Y después que el señor las entregó, en unas licitaciones sospechosas y amañadas, a otros concesionarios, el amo y señor de Baltimora, ya no entrego los nombres de los concesionarios, quien por cierto muchos son familiares y amigos de los herederos de la cuarta transformación jarocha.
Sin embargo, no contaba que un concesionario inconforme recurrió al Instituto Veracruzano de Acceso a la Información, y ahora el barbón del kilómetro 4.5, tendrá que dar a conocer al público, los nombres de los nuevos concesionarios. Y todo por querer hacer las cosas en lo oscurito. Por cierto uno de sus personeros, anduvo ofreciendo las concesiones de cafeterías en 80 mil pesos. Si quieren pruebas, nada más pídanlas.
Comentarios