Tal parece que nada le sale bien al comunicólogo que está al frente de la Secretaría de Educación en Veracruz (SEV). Resulta que el señor apenas está anunciando con bombo y platillo su programa Docente seguro, cuando le informan que han sido levantados cuatro maestros en la comunidad de Mariano Escobedo. El levantamiento de estos cuatro docentes de bachillerato sólo refleja la falta de seguridad y coordinación entre las autoridades locales.
Es más, el propio Zenyazen Escobar ha señalado que algunos maestros utilizan estas quejas de violencia e inseguridad para cambiarse de adscripción. Lo cierto es que ser maestro rural en Veracruz se ha convertido en una profesión de alto riesgo. Lo peor de ello es que los sindicatos sólo presionan cuando quieren algo, pero no existe un protocolo de seguridad para el desempeño de los maestros.
Si el favorito del góber piensa que, con un número de denuncias es suficiente para acabar con esta ola de inseguridad, se equivoca. Se requiere compromiso con el trabajo y que se haga caso a la voz de los maestros cuando éstos hagan sus denuncias, que los escuchen cuando consideren que está en peligro su vida. Por ahí se debe comenzar.
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