Sintiéndose la reencarnación de Enrique Conrado Rébsamen Egloff, quien en vida fuera un educador prestigiado mexicano nacido en Suiza y cuyas reformas educativas influyeron de manera decisiva en el sistema educativo actual de México, Zenyazen Escobar, anuncia en unos dibujos, que seguramente alimentan su ego, que la educación en Veracruz no puede esperar. Sin embargo, esos dibujos son lo más alejado de la realidad, al menos eso piensan los padres de familia de los alumnos de la escuela secundaria Guadalupe Victoria de Naolinco, quienes al ver que el que se siente el gran reformador de la educación jarocha, sencillamente les da largas para mandar los adeudos con esta escuela.
Y es que nos es para menos, a esta escuela le hace falta un maestro de matemáticas para dos grupos de segundo, o sea 10 horas; un profesor de ciencias para dos grupos, equivalente a 12 horas; un profesor de historia para un grupo de primero (dos horas), otro para el grupo de tercero (cuatro horas), un profesor de formación cívica y ética para dos grupos de segundo, estos faltantes hacen 43 horas sin cubrir.
Los mismos padres también señalaron a Libertad Bajo Palabra que también hace falta un profesor de español y un prefecto, y el pago de las horas de tecnologías. Eso sin contar las prórrogas pendientes. Así que señor secretario, a otro perro con ese hueso, en Veracruz la educación sí puede esperar, al menos en Naolinco los padres de familia lo pueden constatar.
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