Comparecencias, concurso de mediocridad; Xóchitl Arbesú, Gutiérrez Maldonado, Zenyazen Escobar, Ramos Alor, ¿quién se lleva la corona?

Mediocridad
Xóchitl Arbesú Lago, Hugo Gutiérrez Maldonado, Zenyazen Escobar García, Roberto Ramos Alor FOTO: WEB
- en Carrusel, Opinión

Armando Ortiz / Todos los secretarios del gabinete de Cuitláhuac García han dado muestras de su incapacidad en las comparecencias. A un año de que tomaron las riendas de la administración pública, cada uno de ellos se la ha pasado echando la culpa a la administración anterior, se la ha pasado demandando a funcionarios de la administración anterior, se la ha pasado buscando hacer negocios como los de las administraciones anteriores y ninguno ha dado los resultados que se esperaban del gobierno de la 4T. Por supuesto, en cuanto a incapacidad e ineficacia tienen un buen ejemplo a seguir: Cuitláhuac García. Pero entre todos esos han destacado unos cuantos, Xóchitl Arbesú, quien sigue proclamando el auge turístico en el estado; Hugo Gutiérrez Maldonado, quien cree que las ilusiones son resultados; Zenyazen Escobar, quien ha hecho de la Educación en Veracruz un gran negocio, y el peor de todos, Ramos Alor, quien permitió que Veracruz viviera en una crisis constante de salud por el tema del desabasto de medicamentos, el dengue, el tema de las hemodiálisis y las contrataciones de sus familiares. Se ha pedido a cada uno de estos funcionarios que si tienen dignidad que renuncien. Pero no lo van a hacer, porque ellos tienen excusas, pero dignidad, esa no la conocen.

Le dan con todo al secretario de Salud, Ramos Alor en su comparecencia; no fue a informar, fue a echar culpas y a exhibir su ignorancia

Como ya se había advertido, la glosa del Primer Informe de Gobierno de Veracruz se ha convertido en un ejercicio donde la mentira se ha privilegiado sobre la verdad, donde los encargados de despacho han acudido a echarle la culpa al pasado y a deslindarse del presente. Eso es lo que ha hecho el secretario de Salud, Roberto Ramos Alor, quien llegó planteando un panorama de cómo había recibido los servicios de salud en Veracruz. Expuso un panorama desastroso, le echó la culpa a la administración anterior, y de esa manera pretendió ocultar su negligencia, ineficacia e incapacidad. El diputado Bingen Rementería le dejó en claro que él no acudía al Congreso a explicar la situación de como encontraron las cosas cuando llegaron, «usted vino a decirnos las cosas que ha hecho desde que llegó, y no lo ha hecho». Así, otros diputados le expusieron a Ramos Alor, por si acaso lo desconocía, las diferentes crisis de salud por las que el estado de Veracruz ha pasado, entre estas, las más graves, el desabasto de medicamentos para el cáncer, la interrupción de las hemodiálisis, así como la crisis del dengue en Veracruz que sigue vigente y que ya ha cobrado varias vidas. Ramos Alor trata de defenderse “como gato panza arriba”, pero su discurso coloquial, bonachón, de cantina, tiene muy incomodos a los diputados de oposición, que se están dando cuenta de la ignorancia de un sujeto que cree que, como trae siempre puesta la bata blanca, pues eso lo hace doctor; habría que recordarle que los peluqueros también se ponen batas blancas y que muchos de ellos podrían responder con más inteligencia que él. Por cierto, de nada le sirvió la limpia que le hicieron antes de su comparecencia. Lo bruto no se quita ni yendo a bailar a Chalma.

La secretaria de Gobernación le dio el “visto bueno” a la Ley Bonilla, pero el Tribunal Electoral no; viola principios constitucionales

Duro revés a la famosa Ley Bonilla. El actual gobernador de Baja California, Jaime Bonilla, ya se sentía con la bendición de la secretaria de Gobierno quien llegó a comentarle que para ella era legal la “Ley Bonilla”, esa que extiende de manera arbitraria el periodo del gobierno de Jaime Bonilla de dos a cinco años. Sin embargo, antes de tomar una resolución en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ésta pidió al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) que estudiara el tema y le diera una resolución. El TEPJF determinó que la llamada “Ley Bonilla” es inconstitucional, pues violó los principios constitucionales de certeza en los procesos electorales, el de no reelección y el derecho a votar y ser votado. Por supuesto, la última palabra la tendrá la SCJN, sin embargo, si los magistrados pidieron una opinión a los expertos en materia electoral, es para tomarla en cuenta. Cabe señalar que los magistrados votaron por unanimidad por la inconstitucionalidad de esta ley. Éstas, por supuesto, son malas noticias para Jaime Bonilla, gobernador de Baja California, quien ya se veía gobernado por cinco años, aunque hay contendido sólo para dos.

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