En México, nueve de cada 10 delitos que se denuncian quedan impunes. Particularmente en Veracruz el 99.8 por ciento de los delitos denunciados quedan impunes. De modo que no se comprende cómo puede decir el gobernador de Veracruz que el asesinato del diputado Juan Carlos Molina no quedará impune. En un comunicado que emitiera para informar sobre el asesinato del diputado dijo: «Se equivocan quienes atentan contra la vida de las personas si creen que dichos actos van a quedar impunes, que les quede claro a los delincuentes, en Veracruz ya no hay quien los encubra. Y como en otros hechos suscitados de este tipo anteriormente se dará con los culpables y finalmente se hará justicia. En Veracruz se acabó la impunidad».
Se equivoca el gobernador, en Veracruz sigue habiendo impunidad. El cambio de una fiscal espuria no sólo no mejoró las cosas, sino que las empeoró. Por cierto, no pudo Cuitláhuac García aguantarse las ganas de tirar la misma piedra de siempre, «ya no hay quien los encubra», como diciendo con la Fiscalía anterior sí había.
Pero con ello se puso la soga al cuello, pues si el crimen de Juan Carlos Molina queda impune, entonces debemos creer que no es la ineficiencia de la Fiscalía lo que opera, sino su encubrimiento. Sólo falta que el día de su informe se guarde una de esas revelaciones adelantadas y acuse que el culpable del asesinato de Molina Palacios es Jorge Winckler; es capaz.
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