¿Sabe usted cuánto se cobra de renta en la tienda escolar de una secundaria en Xalapa? Los concesionarios de escuelas como la Técnica 3, General 1, General 2 o General 5 pagan entre 2 mil 200 y 2 mil 500 pesos diarios. ¡Así como lo oye, diarios! Ese dinero no es fiscalizable y por lo regular se desvía hacia una asociación civil. En los tiempos de los Callejas ese dinero iba a parar a “Equipo Liderazgo Mexicano”.
Si usted multiplica esos 2 mil 500 por 20 días de escuela al mes son 50 mil pesos mensuales. Multiplique usted esa cantidad por las centenas de tiendas escolares o cafeterías que tiene el sistema educativo en Veracruz. Son millones de pesos mensuales en efectivo, dinero no fiscalizable que siempre se ha manejado de manera muy opaca. Antes los directores de las escuelas manejaban una parte de ese dinero para comprar artículos de limpieza o didácticos. Pero la codicia de los directivos y de los titulares de la SEV es tanta que ya no les dejan ni un centavo. A eso sume que cada concesionario tiene que mocharse con 50 mil, 80 mil o hasta 100 mil pesos por alguna concesión de tienda escolar.
Son más millones de pesos que son manejados a discreción por una persona de todas las confianzas del secretario Zenyazen Escobar. Y ya teniendo todo ese dinero cautivo, ahora el codicioso secretario quiere más. Como el sapo que busca parecerse al toro se quiere hinchar de billetes obligando a la exclusividad en las tiendas escolares de un producto chatarra que provocará daños a la salud de los alumnos. No es exagerado decir que su codicia pone en riesgo la salud de los estudiantes veracruzanos.
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