En el portal Libertad bajo Palabra respetamos mucho el derecho de réplica de todos aquellos que se sientan aludidos o difamados por alguno de los textos editoriales que en nuestro portal se publique. En este caso la persona que solicita el derecho de réplica lo hace refiriéndose a un artículo escrito por uno de nuestros columnistas. Una vez consultado con el autor de la columna aludida, publicamos la réplica de quien se siente afectado por ella.
Libertad bajo Palabra
At´n: C. Edgar Hernández Leí su columna de ayer donde usted realiza aseveraciones contundentes sin fundamento y sin otra base que la información que su cercano amigo Emilio Cárdenas Escoboza. Digo que es su amigo y cercano como se observa en las fotos de la boda de su hija en las que aparece usted bailando y tomando muy animadamente. Se las anexo. Ese Premio Nacional de Periodismo que usted ostenta obsesivamente cada vez que puede y en todas sus columnas, como si fuera parte de su nombre, debería refrendarlo en cada una de las cosas que publica. Un periodista serio y ético no debe exhibirse difundiendo calumnias ni prestarse, ya sea por amistad, complicidad u oscuros intereses, a usar su pluma por encargo. Afirma usted en su columna que yo tengo “negros antecedentes en empleos anteriores por la misma causa”. Le exijo públicamente que demuestre su dicho. He trabajado siempre con pulcritud y honestidad y no hay un solo señalamiento en mi contra por ninguna transgresión a la ley o conducta indebida. Tengo más de 40 años de servicio, casi siempre en la labor docente o universitaria, y en cargos ciudadanos que acreditan sobradamente la imparcialidad y profesionalismo con que siempre me he conducido. Si usted tiene pruebas que demuestren lo contrario le exijo que las haga públicas. Ya basta de que usted vaya por la vida amparándose en la Libertad de Expresión y en su “Premio Nacional de Periodismo” para difundir toda clase de difamaciones, agravios e insultos en contra de cualquier persona. Se quedó usted habituado a esa deleznable “escuela periodística” basada en el chantaje y la presión para obtener prebendas y canonjías indignas, de las cuales usted SÍ goza de fama pública. No es justo que señale por igual a gente decente que a funcionarios públicos, que lamentablemente se quedan callados o, ellos sí, buscan ese arreglo en corto, que usted me achaca, y que tan bien saben Usted y el amigo que defiende. Usted sí ha faltado a la ética periodística, con todos aquellos que no se pliegan a sus pretensiones. Todo mundo lo sabe, y ya es hora de que alguien se lo diga así, públicamente, por el daño causado con sus publicaciones, a través de los medios. Deambula su actitud entre el delirio, la conspiración y la calumnia. No tiene usted ningún rasgo de la caballerosidad y el honor de quien, según se ufana, fue su maestro, Fernando Gutiérrez Barrios. Ese si era un hombre de palabra y de honor. Golpea con infames dichos por igual a hombres y mujeres, siendo desde hace tiempo su obsesión permanente el homosexualismo que usted imputa con total ligereza a quien le place. ¡Cuidado! Lo que te choca te checa dicen por allí. Mi más profundo respeto por cualquier ser humano y por su diversidad o preferencia; eso es un asunto que solo atañe a la vida personal de cada uno. Usted es que pretende esgrimirlo como un defecto o una condición penosa. La historia registra muchos casos de gente brillante que han tenido preferencias diversas; solo las mentes retorcidas se empeñan en condenarles. A mí me da igual lo que usted haga con su vida. Lo que no es justo que en lugar de hacer periodismo sea alguien que escribe con tal ligereza e irresponsabilidad sobre asuntos públicos. Por cierto, jamás lo vi cuestionar a ninguno de los gobernantes que tanto daño le han hecho a Veracruz, salvo a algunos funcionarios que usted atacaba. Curiosamente, uno de los encargados de “manejar la relación con los medios” era su amigo Cárdenas Escoboza, en el gobierno de Javier Duarte; quizá de ahí viene su cercana amistad con él, cimentada en lealtades inconfesables. Hay más Lealtad en la complicidad que en la amistad. Le solicito atentamente publique usted en el mismo espacio que usó para denostarme sin fundamento, esta aclaración a su calumnia. ATENTAMENTE CARLOS QUIROZ SÁNCHEZ