Vestigios Ocultos en las Montañas

Montañas
Tlatlauquitepec FOTO: WEB
- en Opinión

Jorge Díaz Bartolomé / Recorrer los pueblos de México, conocer su historia, tradiciones y artesanías, puede resultar una gran experiencia, más si son explicados por expertos. Recientemente la agrupación Xalapa Antiguo realizó un interesante viaje cultural por la sierra norte de Puebla, en los límites con Veracruz, para descubrir aspectos culturales de tres localidades. El recorrido inició en el pueblo Tlatlauquitepec, su nombre proviene del náhuatl “Tlatlahui” que significa colorear, “Tepetl”, cerro y “Co” lugar, que significa “cerro que colorea”, en referencia al “Cerro cabezon”, el cual se dice que adquiere tonalidades anaranjadas durante el amanecer, gracias al color de sus rocas.

El grupo fue recibido en la Plaza de Armas por el Cronista del municipio don Ernesto Arrieta Guzmán, quien dio la bienvenida al grupo de cien viajeros, algunos procedentes de Xalapa, Huamantla, Minatitlán y Veracruz. Después de desayunar, el grupo de congregó en un salón del DIF municipal, donde ya los esperaba un grupo de artesanos para vender sus productos; en el lugar se dio inicio a una emotiva charla a cargo del maestro Arrieta, quien destacó aspectos relevantes del lugar, así como la historia de la canción “Farolito” de Agustin Lara, oriundo de Tlatlauqui.

A principios del siglo XVI, Tlatlauquitepec fue habitado por pequeños grupos olmecas, posteriormente se asentaron los toltecas y durante la expansión del imperio azteca, llegaron los chichimecas, quienes evitaban moverse del lugar, para no ser sometidos a Mexico-Tenochtitlan. Tres años después de la caída del Imperio Azteca, hacia 1524, se sujetó el señorío de Tlatlauquitepec al régimen de encomiendas, lo que hoy es Teziutlán, Tlatlauquitepec y Hueytlalpan. Los encomenderos de Tlatlauquitepec fueron Jacinto Portillo y Pedro Cindos de Portillo, llamado fray Cintos por los indígenas locales y Hernando de Salazar, antiguos conquistadores.

La Provincia del Santo Evangelio del siglo XVI, quien ya tenía presencia en la sierra, fundó en 1531 el convento de Santa María de la Asunción. En sus inicios sirvió como convento de instrucción para cientos de frailes y ministros de la iglesia de la Nueva España, incluso llegó a ser el curato más importante de la Sierra Norte. Entre sus muros hospedó a destacados religiosos, como fray Andrés de Olmos y al Padre Andrés de Arce y Miranda. El complejo conventual se terminó de construir a finales del siglo XVII, el artesonado con figuras de flor en su interior es una verdadera obra de arte, el cual se engalana con retablos de estilo neoclásico en madera y dos hileras de inmensas columnas estriadas. El retablo principal está dedicado a San Flavino, también cuenta con un relicario traído desde Roma y un órgano importado de Europa, así como las pinturas del Luis Toral González. En noviembre de 2012 Tlatlauquitepec fue declarado Pueblo Mágico.

San Juan Xiuhtetelco

El grupo de viajeros fue recibidos por el Alcalde Jorge Alberto Domínguez Méndez y el Secretario del Ayuntamiento Ariel Pérez Reyes en la plaza central, en medio de una gran verbena, donde participaron varios grupos danzantes, quienes deleitaron a los sorprendidos viajeros. En el evento se contó con la interesante participación del maestro Mario Navarrete Hernández, especialista en antiguas culturas precolombinas, la maestra Luz del Carmen Blanco Cornejo, especialista en iconografía religiosa y el maestro Rafael Julián Montiel, Director de Cultura y del Museo Comunitario. La toponimia de Xiuhtetelco proviene del náhuatl “Xiuhtla”, que significa yerbazal, “Tetelli”, montón de piedras en forma de pirámide; que significa “yerbazal en el montón de piedras” o “pirámides donde hay muchas hierbas”.

El lugar es fascinante por que tiene dos visibles pirámides cubiertas de maleza, las cuales no han sido exploradas. En el museo comunitario existen interesantes piezas arqueológicas descubiertas en las inmediaciones del municipio. Durante el recorrido por San Juan Xiuhtetelco, se visitó la Parroquia de la localidad, donde se encuentra la pila bautismal más antigua de la Arquidiócesis de Xalapa. La iconógrafa Luz del Carmen Blanco detalló diversos aspectos de esta joya del arte tequitqui elaborada en los primeros años de la evangelización, aproximadamente en 1526; en donde se pueden observar elementos de iconografía mesoamericana, correspondientes a la verdad y plenitud. Destacó la flor de cuatro pétalos, como símbolo de la verdad, raíz y alegorías florales, así como el Anagrama de Cristo con la Cruz Tau Franciscana.

Por la tarde el numeroso grupo arribó a Jalacingo, donde fueron recibidos por el historiador Fernando Murrieta Salgado, en los bajos de Palacio Municipal. Los antecedentes prehispánicos del siglo XV corresponden a la cultura totonaca. El recorrido culminó en el Santuario del Padre Jesús de Jalacingo, uno de los más visitados en el estado de Veracruz. En la visita, la iconógrafa Luz del Carmen Blanco expuso de una manera emotiva la historia del lugar, la cual inició con la fundación del convento de San Francisco, de la Provincia del Santo Evangelio del siglo XVI. El frontispicio es el más antiguo de la Arquidiócesis de Xalapa (en pie); actualmente es el Sagrario.

La historia inicia en 1545, cuando fray Francisco de Toral partió del convento franciscano de Tepeaca, atravesando montañas y poblados indígenas, para llegar a Xalacingo en su labor evangelizadora. Poco tiempo después tuvo que abandonar el lugar, y como el fraile Toral era devoto del Señor de las Tres Caídas, heredó a la población la devoción, convirtiéndose en un importante sitio de peregrinaje en México. El Sagrario se encuentra custodiado por la Parroquia de San Bartolomé y el Santuario del Padre Jesús de Jalacingo. La localidad conserva rasgos conservados de su arquitectura vernácula y se alcanza a ver la importancia que tuvo a principios del siglo XX. Al final del día, los viajeros tuvieron la oportunidad de pasar a cenar a Altotonga las deliciosas garnachas.

Los recorridos históricos con Xalapa Antiguo son una ventana al pasado, son una oportunidad de conocer nuestros orígenes, son una reconciliación con nuestra historia.

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