Fue el mismo Zenyazen Escobar quien revisó las cuentas de Francisco Bravo en el Instituto Veracruzano del Deporte. Al parecer las cuentas tenían muchas irregularidades, notorias irregularidades que no se podían pasar por alto. Entonces se puede creer que lo que anotó Víctor Hugo Arteaga, que Paco Bravo vestía ropa hasta por 100 mil pesos, que viajaba en un auto de un millón de pesos y que andaba haciendo tratos con empresas factureras de Mérida, Cholula y Puebla.
Lo que de manera extraoficial se supo fue que el señor infló los presupuestos destinados a la participación de atletas veracruzanos en la Paraolimpiada Nacional Colima 2019. Al parecer el señor compró uniformes “patito” y los facturó como si los hubiera diseñado John Galliano. Se habla de siete millones de pesos, de los cuales más de la mitad pudo haber sido para el ganador.
La “renuncia” de Paco Bravo extraña a muchos, sobre todo porque al gobernador se le veía muy contento en su presencia. El gobernador tendrá mucho que agradecer a su secretario de Educación, el exstriper Zenyazen Escobar, que fue quien descubrió los desfalcos del “muñeco”. Claro, el secretario de Educación tenía que decir que Paco Bravo renunció por motivos personales, pero no aclaró si personales de él o del renunciado.
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