Una mujer entrevistada no se contuvo y a punto de las lágrimas gritó: «Tenemos el corazón hecho pedazos, porque las malditas de las Saras no nos lo mandaron completo. Es nuestro príncipe con él nos enamoramos muchas personas, con sus canciones hermosas y es injusto que nos hayan mandado al príncipe en pedazos en cenizas; en cenizas. ¡Malditas las Saras, malditas a las Saras!».
Y ese grito de dolor y rencor no es aislado. Los caprichos de Sara Sosa y Sara Salazar hicieron que se ganaran el odio de millones de mexicanos que no les van a perdonar fácilmente que la mejor voz de México llegara incompleto a nuestro país.