Cuitláhuac vive en la luna

Cuitláhuac
El gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez FOTO: MIGUEL ÁNGEL CARMONA/FOTOVER
- en Opinión

Edgar Hernández* / 

¡En la víspera de su primer informe presume logros inexistentes!

Advertido por la federación de que o cambia su estrategia de gobernabilidad o se va, Cuitláhuac García Jiménez se refugia en un mundo irreal, de ficción.

Colocado, mes con mes, entre los tres peores gobernadores de la república con el 87% de impopularidad entre la ciudadanía, sus corifeos se empeñan en mostrar de manera sesgada, la otra encuesta, la de Mitofsky, que lo coloca entre los 11 mejores gobernantes.

Se muestra orgulloso del regreso de la seguridad pública a Veracruz y en lo particular a Coatzacoalcos justo el día en que aparece una pila de cadáveres regados por toda la entidad, particularmente en ese municipio colocado entre los 25 más inseguros del mundo.

Ufano y lleno de orgullo afirma que hoy día “recuperamos más autos de los que se roban”, provocando la hilaridad nacional.

Diez meses llevó al inefable gobernante justificar su incapacidad de traer la seguridad pública aduciendo que todo era culpa del Fiscal general, Jorge Winckler, para que una vez retirado del cargo, a la mala y con la ayuda de un Congreso carnal, sin que la criminalidad atemperara.

Eso sí, “Con Winckler pasaban cosas peores”, se defiende de manera obtusa.

Y a menos de cinco semanas de su primer informe presume logros del 85 por ciento del Plan Estatal de Desarrollo, cuando en los hechos no hay programa, ni logros, ni obra pública, ya que la poca que hay se entrega sin licitación a los aliados de Morena.

Por donde se le busque estamos en la olla.

Presume corrupción apelando al olvido ciudadano, dejando a un lado el grave tema de los moches, las raterías en el DIF estatal y esos tramposos nombramientos como el de Orfis, institución entregada a la vecina de sus padres –es muy amiga de su mamá- quien se ha manifestado muy dispuesta a acatar el mandado del subsecretario de Finanzas, Eleazar Guerrero, primo hermano del mandatario.

Cuitláhuac aduce legalidad en sus acciones cuando desde que tomó posesión incumple un deber legal violando la constitución al no proponer nuevos magistrados que tienen cojeando al Poder Judicial y por el contrario llama a la población, a través del Congreso del Estado, a inscribir ternas creando un monstruo de controversias.

El mandatario, como si viviera en otro planeta, sostiene con orgullo que el turismo internacional ha crecido un 331 por ciento cuando en los hechos, producto de la inseguridad y ausencia de infraestructura no se parar ni las moscas en este paraíso que un día fue el segundo destino turístico del país.

El nepotismo que tanta irritación ciudadana ha provocado hoy duerme el sueño de los justos al quedar para el anecdotario las listas de la familia del gobernador incorporada al gobierno con jugosos salarios.

Todo quedó en una ridícula explicación de que los actos de nepotismo son producto de los devaneos de la abuela de Cuitláhuac, doña Manuela, que tuvo muchos novios e hijos con dos señores.

Cierra el primer ejercicio de gobierno y en materia de salud y asistencia Veracruz, queda colocado en una situación de emergencia nacional por el “Dengue”.

Y ni que decir en abono del cuidado del medio ambiente al quedar demostrado a nivel nacional, toda la mierda y basura que corre por nuestros ríos, lagos y arroyos –caso específico el rio Río Blanco que desemboca en Alvarado, donde encontraron 60 toneladas de basura-, así como la desforestación producto de la tala inmoderada y los tiraderos de basura a cielo abierto.

A la vuelta de un año, tampoco dejamos el primer sitio en materia de ridiculeces. En México y en todos lados se dice que cada que habla Cuitláhuac la caga.

Y no es para menos.

Su coloquial lenguaje, que es muy parecido al del recordado mimo Cantinflas, muestra en el día a día, su ignorancia, su ausencia de estudios y cultura básica.

Declara, por ejemplo con orgullo, que se atiende y combate la migración ilegal y cita a ilegales provenientes de “bagladesh” sin diferenciar “bagladesh” de Bangladesh mientras la prensa nacional no lo baja de tonto.

A la par esa censura generalizada por su peculiar estilo de gobierno. Por el enorme poder que tiene la “Cofradía de la Mano Caída”. Por la influencia y manejo financiero de la familia –su padre Atanasio, desde la SEV con doble plaza, es la mano que mece la cuna, al igual que Eleazar Guerrero en Finanzas- y por tener en virtual estado de quiebra a la entidad.

Los empresarios, la iniciativa privada en su conjunto, han documentado que en Veracruz el gobierno del estado registra un subejercicio del 73 por ciento del gasto público y que su gobierno ejerce parcialmente el presupuesto autorizado de 128 mil millones de pesos anuales.

Veracruz a este paso, al corte anual, tendrá que regresar el dinero no ejercido a la federación para su reasignación en el 2020, igual sucedió con Xalapa, donde otro atarantado, el alcalde Hipólito Rodríguez, tuvo que regresar 15 millones 860 mil pesos por “no saber en qué usar el dinero”, según la Tesorería.

Fueron recursos federales provenientes del Fondo de Aportaciones para el Fortalecimiento de los Municipios y Demarcaciones Territoriales del Distrito Federal (Fortamun) 2018 que no se emplearon para obra pública.

Hay que reconocer, sin embargo, que en los hechos algo ya cambio.

Siguiendo consejos elementales ya se presenta aseado a los actos públicos, ya no presume el “sabadaba” y no hace público que por las noches se va a comer tacos de tripa gorda.

Algo es al algo.

Tiempo al tiempo.

 

*Premio Nacional de Periodismo

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