Miguel Barbosa dice que él ganó la elección en 2018, pero que los Moreno Valle se la robaron; «pero los castigó Dios». ¡Una soberana estupidez!

Vaya, vaya con Miguel Barbosa, el gobernador de Puebla, el consentido de Dios, quien toma su espada flamígera para castigar a quienes le roban las elecciones. Miguel Barbosa declaró frente a sus gobernados: «Todos los que ganamos el primero de julio de 2018, porque yo gané, me la robaron. Pero los castigó Dios».

Con esto Barbosa quiere dar a entender que la muerte de Rafel Moreno Valle y de su esposa, la gobernadora electa Martha Érika Alonso, fue un castigo de Dios, un castigo merecido por robar la elección de gobernador en 2018; un castigo por confabular contra la bendita Cuarta Transformación; un castigo de Dios por meterse con sus favoritos.

Miguel Barbosa se siente iluminado, y cuidado con aquellos que se metan con él, cuidado con aquellos que lo quieran quitar de la gubernatura, cuidado con aquellos que le quieran poner tropiezos, porque bastará que el profeta Barbosa alce la mirada al cielo, pida a Dios castigo para sus enemigos y un rayo flamígero aniquilará a sus enemigos. Pobre señor, no es que sea iluminado, lo que pasa es que su arrogancia no le deja ver su tremenda estupidez.

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