Joker, el mensaje ha sido enviado; la desigualdad social genera locura y violencia; los ricos más ricos, los pobres más pobres

Joker
El Joker de Joaquin Phoenix FOTO: WEB
- en Carrusel, Opinión

Armando Ortiz / El mensaje ha sido enviado. La película Joker de Todd Phillips no sólo es un producto de Hollywood, no sólo es una obra maestra del cine, es también un mensaje hacia la clase gobernante, sobre todo a la clase que gobierna Estados Unidos; pero es además un mensaje a la sociedad norteamericana que permitió que un “payaso” gobernara esa nación. El propio Michael Moore lo señaló en un artículo impulsivo, escrito inmediatamente después de ver la película: “Esta semana que pasó, la semana en que el presidente gobernante se acusó a sí mismo y –al más verdadero estilo de Joker– se burló de la incapacidad de Mueller y los demócratas de detenerlo, dándoles todo el material que necesitaban. Pero incluso así, diez días después de alardear de su culpabilidad, seguía sentado en la oficina oval, con sus códigos nucleares manchados por la grasa de un KFC”.

Por supuesto no podemos omitir que en esta película la actuación de Joaquin Phoenix, hermano del fallecido River Phoenix, es formidable, merecedora de todos los premios que se avecinan. El actor logra despojarse de los clichés de los “Jokers” anteriores (César Romero, Jack Nicholson, Heath Ledger) y asume una personalidad original, la de un oprimido que poco a poco va descubriendo las razones de su opresión: infancia, adultez, mentiras, alucinaciones y sobre todo sociedad. Estas mismas razones son las provocan su infelicidad: “No he sido feliz ni un minuto de mi vida”.

Arthur Fleck no logra ver a sus opresores, su tristeza lo enceguece, pero una vez que se maquilla, que asume la personalidad de Joker, se enciende la luz de su entendimiento. En ese momento de lucidez, Arthur Fleck se decide a terminar con esa opresión y cobrar a la sociedad por todo lo que lo han hecho pasar.

En el programa al que ha sido invitado para ponerlo en ridículo el Joker pregunta a Murray Franklin: “¿Qué obtienes cuando cruzas un solitario mentalmente enfermo con una sociedad que lo abandona y lo trata como basura?”. Murray pide que llamen a la policía. Pero el Joker continua: “¡Te diré lo que obtienes! ¡Obtienes lo que te mereces!”, y le dispara. Un punto importante, y que se convierte en un símbolo de lo que le sucede a nuestra sociedad es ese trastorno de “incontinencia afectiva” que padece Arthur, condición neurológica que le causa risa o llanto incontrolable. ¿Acaso nuestra sociedad no tiene ese padecimiento? Y aquí viene la parte más peligrosa, según el gobierno. Michael Moore lo enuncia a manera de pregunta: “¿Qué pasa si un día los desposeídos deciden pelear de vuelta?”. ¡¿Qué pasaría?! ¿No está sucediendo ya?

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