Estábamos del lado de Kate del Castillo cuando sufrió persecución política por parte del gobierno de Enrique Peña Nieto. Vale mencionar que la actriz se metió en problemas al ponerse en contacto con el narcotraficante Joaquín El Chapo Guzmán; incluso se habla de una relación sentimental que incluyó sexo. La actriz empezó a ser acosada por la Procuraduría General de la República, quien la requería para que brindara datos sobre el paradero del narcotraficante.
Kate del Castillo sirvió de enlace para que el actor Sean Penn se entrevistara con el líder del Cártel de Sinaloa. Una vez pasada la tormenta, la actriz ahora ha demandado al Estado mexicano, particularmente a la Fiscalía General de la República, por persecución política. Ya contrató un bufete de abogados gringos y ya estableció la cantidad de dinero que le devolverá la paz después de este trance: 60 millones de dólares, es decir, mil 200 millones de pesos.
La actriz exige que se resuelva su caso. ¿No querrá Kate que le manden cuatro camionetas blindadas llenas de billetes de baja denominación y un carro de helados atrás para que también pueda pedir su nieve de limón? Que le den una beca de trabajo de las de AMLO y se dé por bien servida.
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