Con la llegada de Delia González Cobos sucede algo semejante. El Órgano de Fiscalización Superior requería de un funcionario autónomo, que tuviera los espolones para poner orden a las múltiples anomalías que ya se vienen presentando y que se presentarán a futuro. Pero no, Delia González Cobos resulta ser otra empelada del gobierno que, como Lorenzo Portilla, el extorsionador, hará lo que sus patrones manden.
Pero la viga que este gobierno carga en su ojo es mayor. De manera ilegal el gobierno usó al Congreso para remover ilegalmente a Jorge Winckler, que porque no tenía su certificación de confianza actualizada. ¿Qué cree? Que ni Éric Patrocinio Cisneros Burgos, secretario de Gobierno, ni Hugo Gutiérrez Maldonado, tienen certificado de confianza. Fariseos hipócritas, ¿acaso le van a aplicar a estos funcionarios la misma que le aplicaron a Jorge Winckler?