«(Precisamente fui yo porque) Era el gobernador priista más sacrificable, Intenté tener comunicación con el presidente Peña Nieto, pero nunca logré tener comunicación». Pero no conforme con eso, ya que a Javier se le cuestionó si el tenía mucho dinero en su poder: «Yo soy un hombre que ha vivido siempre en la justa medianía que me ha permitido el servicio público. No soy un hombre de lujos, no soy un hombre de riqueza; nunca lo he sido».
Dicho por él mismo, desde que empezó su mandato como gobernador, ha ahorrado hasta el más mínimo centavo, dinero con el cual su familia apenas vive alegando que el único lujo que tienen en este momento es ir al parque a hacer un picnic.