Ante los llamados de atención de los diversos organismos internacionales de Salud, los cuales señalan que Veracruz fue omiso a las campañas de prevención en contra del dengue, el gobierno de Veracruz prepara medidas emergentes. El propio gobernador y su secretario de Salud fueron negligentes en este tema, dejando que la plaga de dengue se saliera de control. Es por ello que el gobierno de Veracruz está reuniendo cuadrillas de trabajadores de las diferentes dependencias para darles un rociador de insecticida, para que salgan, sin ninguna preparación previa, a rociar a diestra y siniestra los sitios que consideran de riesgo.
Quizá por ello se preocupaba el gobernador por las abejitas. Pero ahora, con esta gente sin experiencia, muchos irán de mala gana, pues no les corresponde hacer ese trabajo, no sólo las abejas están en peligro, también los niños, los ancianos, las familias enteras.
Pero además, si se rocía a diestra y siniestra ese insecticida, los animales de granja también se verán afectados. Esto pasa por no saber gobernar, por no prevenir a tiempo; como diría Monreal, por no saber en lo que se estaban metiendo.
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