¿Qué significa el nombre Cuitláhuac? No es “águila en el agua” como dice Salvador García Soto; “dueño de excremento” dice Rafael Tena

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Cuitláhuac García Jiménez FOTO: WEB

En su columna “Cuauhtémoc y Cuitláhuac, dos gobernantes fallidos”, el analista Salvador García Soto anota el significado de los nombres Cuauhtémoc y Cuitláhuac. Según el periodista, Cuauhtémoc significa “águila que cae” y Cuitláhuac significa “águila en el agua”. Sobre el significado de Cuauhtémoc acierta el columnista, esa era fácil, pero sobre el significado de Cuitláhuac se equivoca. De acuerdo con Carlos Montemayor, miembro de número de la Academia Mexicana de la Lengua, Cuitláhuac significa “lugar de los desechos” es decir de los excrementos.

Rafael Tena en la revista Arqueología Mexicana aclara los siguiente sobre ese nombre: «En cuanto al significado de “Cuitlahua”, el nombre puede interpretarse como “Dueño de excremento”; y al respecto debemos recordar que el excremento humano era objeto de comercio en la época prehispánica, pues se le utilizaba para curtir pieles”.

Cecilio Robelo por su parte dice que el nombre original pudo haber sido Cuitlahuacapan, y traduce el término como «En el agua de excrescencia dura». En ese sentido José Corona coincide en que el topónimo Cuitlahua se traduce como “Lugar de agua sucia”, a partir de cuítlatl (suciedad) y atl (agua). ¡Ahora entendemos!

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Comentarios

  1. La Historia de México que se imparte en las escuelas a la mayoría de los mexicanos, está ecrita para confundirnos, para impedir que relacionemos los sucesos que nos rodean como parte de una totalidad interrelacionada; para ocultar que lo que hemos vivido es una intensa lucha de clases y no un conflicto de caudillos que han representado distintos intereses de los sectores en pugna, para esconder las verdaderas causas que han propiciado las grandes trans-formaciones sociales, así como los intereses económicos de las minoritarias clases dominantes que se han impuesto sobre la sociedad, usurpando el poder político en beneficio privado, enriqueciéndose a costa de la pobreza de la mayoría y de anexar la economía a las potencias extrajeras desde 1521 hasta nuestros días.
    Aunque suele incluir fragmentos heroicos de la lucha popular, es una historia basada en la interpretación interesada de las clases sociales privilegiadas que han salido triunfantes de las contiendas libradas en cada una de las etapas del desarrollo social y político, por lo que su intención implícita es tratar con desprecio las acciones heroicas del pueblo, verdadero prota-gonista de los procesos revolucionarios, el que ha puesto el sudor y la sangre para hacerlos posibles, con la intención de minimizar y, de ser posible, borrar de la memoria el papel de los verdaderos dirigentes del pueblo de México.
    Con particular desprecio hacia los mexicanos han abordado nuestros narradores la historia antigua, pues los gobiernos y los intelectuales a su servicio han adoptado acríticamen-te las interpretaciones eurocéntricas, racistas y colonialistas escritas por los soldados y clérigos españoles que combatieron contra nuestros pueblos durante la invasión o que presenciaron y fueron cómplices del genocidio durante la colonia, al tiempo que destruyeron casi la totalidad de los maravillosos códices que relataban la historia y esbozaban el incipiente conocimiento científico, prohibiendo explícitamente el virreinato que los mexicanos escribieran su propia versión de lo ocurrido.
    De esta manera, instituciones de prestigio mundial, pero ideología imperialista, como National Gegraphic e History Chanel, así como escritores nacionales de renombre siguen afirmando, por ejemplo, que los mexicas tenían un “imperio sanguinario y cruel”; que sus gobernantes eran reyes o emperadores autocráticos, con lo cual ocultan que el verdadero im-perio estaba en Europa y fue el causante de un genocidio de cien millones de personas en toda América; le siguen llamando “Noche Triste” a la victoriosa noche del 30 de junio de 1520, cuando los invasores fueron derrotados; ocultan el papel del tlatocan como instancia deliberativa y representativa los pueblos y del tlatoani como instancia ejecutiva de las deci-siones de los pueblos. Se le sigue denominado “conquista” a lo que fue una invasión destruc-tiva, y hasta los nombres de los héroes de la resistencia fueron burdamente deformados para que las nuevas generaciones sintieran vergüenza por el pasado. Cuitláhuac o Cuauhtláhuac no significa “excremento de perro”, como dicen las fuentes españolas, sino Águila sobre el Agua; Cuauhtémoc no es Águila que Desciende (o que muere para dejar su lugar a la “verda-dera civilización”), sino Águila que Ataca; Nezahualcóyotl no es Coyote Hambriento, sino Coyote en Reflexión; y el nombre mítico de Quetzalcoatl no significa Serpiente Emplumada, sino Serpiente Preciosa; como Xochiquetzal no es “Flor con Plumas”, sino Flor Preciosa.

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