Armando Ortiz / Los homicidios en Veracruz siguen. Se reporta que un homicidio en Campo de Tiro en Xalapa; se reporta el asesinato de una mujer en Fortín de las Flores. En Campo de Tiro, colonia con un índice delictivo alto, un taxi fue baleado, en el viajaban el chofer acompañado de una mujer. El chofer del taxi murió, la mujer fue herida. En Fortín de las Flores la mujer fue ejecutada enfrente de su casa cuando sacaba la camioneta de su casa para ir a dejar a sus hijos a la escuela. Según reportes dos sujetos en una motocicleta intentaron robarle. Al oponerse al asalto los sujetos le dispararon. El sentido común indica que el cambio de un fiscal legítimo por un fiscal espurio no hará que bajen de inmediato los delitos en Veracruz. Mientras no haya una estrategia adecuada, mientras no haya una depuración de las fuerzas del orden, mientras no haya un mando efectivo, los crímenes en el estado seguirán. A todo esto, hay que sumar la amenaza que representa el crimen organizado, que no ha sido disminuido, cuyo poder no ha sido mermado y que sigue extorsionando a los comerciantes de las ciudades más importantes de Veracruz. Lo que sí queda claro es que mientras Jorge Winckler esté fuera de la Fiscalía del Estado, el gobierno no tendrá a quien echarle la culpa. Claro, los cretinos a veces resultan muy creativos, de modo que no extrañe que este gobierno termine encontrando un culpable que no sea de los suyos.
El mismo que ha calificado de imbécil a Cuitláhuac García, llama chayoteros a los que denuncian ilegalidad en remoción de Winckler
Es el mismo de siempre, un tal Juan Tirado que plagia las notas de Libertad bajo Palabra a conveniencia para pegarle al gobernador o al ignorante secretario de Gobierno. “El Chule”, un traidor peor que Judas, que primero se puso al servicio del Bola 8 y que después se le volteó. El mismo Paco Vicente, que traicionó a Yunes y seguirá traicionando a quien se le ponga enfrente, porque es parte de su esencia; como el escorpión en la espalda de la rana que cruza el río. Ese que se cansó de calificar como imbécil a Cuitláhuac García y que ahora llama chayoteros a los que denuncian la ilegalidad de la remoción temporal de Jorge Winckler. Este sujeto filtra una lista que llama “Las viudas de Winckler” y de manera arbitraria anota nombres de periodistas y cantidades a su entender. Este tipo de cosas sólo afecta a quien no conoce la fuente, que no es otra que la enfermiza imaginación de un tipo que un día está con el gobernador actual, y otro día le da una puñalada por la espalda. Y a esos funcionarios que hacen eco de esas infamias les preguntamos, ¿también van a hacer eco de este sujeto cuando no baje de pendejo a su gobernador?
A Porfirio Muñoz Ledo se le perdona todo; hasta que mande a “chingar a su madre” a los diputados
El diputado Porfirio Muñoz Ledo tiene más historia, más experiencia y más agallas que todos los diputados de la actual Legislatura federal. Fue el primer diputado de oposición que se atrevió a interpelar a un presidente, en esa ocasión al propio Miguel de la Madrid Hurtado. Ha ocupado muchos cargos políticos, ha sido funcionario público y secretario de Estado. Ahora, López Obrador permitió que llegara como presidente de la Cámara de Diputados para tener el honor de que un político como él, tan simbólico, le colocara la banda presidencial. Ahora que el diputado Muñoz Ledo declaró que no buscaría reelegirse como presidente de la Cámara, anda de un humor que ni el mismo se aguanta. Fue así, que después de explicar detalles sobre el reloj del recinto, Porfirio Muñoz se sinceró con la vicepresidenta de la Cámara, la diputada Dolores Padierna, y soltó esa frase que es muy de mexicanos encabronados: «chinguen a su madre qué manera de legislar». Porfirio Muñoz Ledo no se dio cuenta que tenía el micrófono abierto por lo que su mentada de madre la escucharon todos los aludidos. Fue hasta que la diputada Dolores Padierna apagó su micro que se dejaron de escuchar los calificativos del diputado a sus compañeros de Cámara. Por supuesto el asunto no habrá de trascender, porque a Porfirio Muñoz Ledo se le perdona todo; hasta que mande a “chingar a su madre” a los diputados.
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