Se esperaba que con la Cuarta Transformación, la justicia en México se robusteciera. Sin embargo, al parecer el presidente López Obrador, con todas las buenas intenciones que tiene, con todo el peso moral que representa, no puede ser omnipresente ni omnipotente. Trascendió que gracias a que la Unidad de Inteligencia Financiera cambió el delito de Javier Duarte tres meses antes de terminar el gobierno de Peña Nieto, éste podría salir en dos años de prisión para venir a Veracruz y reírse de todos los veracruzanos. De delincuencia organizada, su delito pasó a asociación delictuosa.
En su momento, el titular de la UIF anotó: «La conducta imputada a Javier Duarte de Ochoa no se adecua a los extremos jurídicos para actualizar la delincuencia organizada, sino la de asociación delictuosa, ello en razón de que no se actualiza el sentido de permanencia a una organización criminal».
Claro, de salir libre Duarte todavía le quedan pendientes en Veracruz, pero con el gobernador Cuitláhuac García, quien ha dado muestras de ser produartista, es más seguro que le ofrezca a Duarte una plurinominal en Morena, que una prisión en Pacho Viejo.
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