Por un convenio chiquito empiezan a ver guapo a Cuitláhuac García, tan inteligente, tan eficiente; “el mejor gobernador que ha tenido Veracruz”

Cuitláhuac
Cuitláhuac García Jiménez FOTO: WEB
- en Carrusel, Opinión

Armando Ortiz / Dicen por ahí que dinero mata carita; acomodado al periodismo se podría decir que “convenio mata estulticia”; aunque el convenio sea chiquito. Bastó una promesa, unas migajas, un plato de salmón, una copa de vino, y un postre para que algunos periodistas empezaran a darse cuenta que Cuitláhuac García “no es feo”, que no es tan tonto como los maledicentes andan diciendo por ahí. Algunos a bocajarro muestra su alto grado de abyección, llenando de halagos inmediatos al que antes consideraban el tonto del pueblo. Otros son más prudentes y empiezan por ver los puntos positivos de su gobierno; gran esfuerzo el que realizan. Otros, periodistas de cepa, le dan el beneficio de la duda, pero no dejarán de observar sus yerros, no dejarán de señalarle los cambios necesarios, no dejarán de apuntar el rumbo que, de acuerdo a su experiencia, debe llevar el estado. Pero buen parte del periodismo en Veracruz tiene un historial de servilismo que data de sexenios atrás. ¿Cuántos de los que se sientan con García Jiménez no alabaron las acciones de Fidel Herrera? ¿Cuántos de los que comparten la sal con el actual gobernador hablaron maravillas de Javier Duarte? ¿Cuántos de los que comieron helado de frutas con Cuitláhuac no perdieron lectores y credibilidad? ¿De qué sirve reclutar panegiristas que ya nadie lee?

¿Usted le cree a Éric Cisneros? ¡Nosotros tampoco! El bufón favorito de Palacio

Quiso ser un hombre querido, por eso se compró su corte de alabadores, pero no le funcionaron porque se consiguió puro cartucho quemado. Entonces quiso ser conocido como un hombre duro, de firmeza sinigual; quería que los funcionarios cuando lo vieran sintieran que se les aparecía el diablo, pero terminó siendo un “pobre diablo” al que ya nadie le cree nada. Quiso destituir al fiscal Jorge Winckler, “me canso ganso”, pero al que están por destituir es a él, pues ya se dieron cuenta en el centro del país lo nocivo que resultó. Ahora, el “bufón favorito”, a decir del fiscal Winckler, busca foro para tirar mierda, de esa que tanto le sobra. Ahora sospecha que el suicidado no se suicidó, como si él hubiera estado en el momento de la muerte. Pero fueron varias personas las que estuvieron presentes al momento que Primitivo “N”, presunto asesino de la alcaldesa de Mixtla de Altamirano, se pegó un tiro. Así lo afirma la esposa y los policías municipales de Zongolica que acompañaron a los policías ministeriales a su detención. Pero el “bufón preferido” de Palacio quiere circo y por eso se monta en una pista, arrastra consigo al secretario de Seguridad Pública, quien ya debería tomar distancia del apestado, y sigue diciendo que todo es culpa del fiscal. Ya que le compren su circo y lo manden de gira a Centroamérica.

Ciro Gómez Leyva, santo patrono de las causas perdidas; aboga por Ahumada, Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, Javier Duarte y ahora Rosario Robles

Ciro Gómez Leyva fue uno de los defensores de Carlos Ahumada cuando este cayó en la cárcel. Ahumada fue su patrón y de alguna manera se entiende que se forjara una amistad que lo “obligaba” a la defensa. Pero también defendió a Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, el rey de la basura, habiendo clara evidencia de su red de prostitución; es más se fue contra la periodista que lo evidenciaba, Carmen Aristegui. Ciro se hizo el vocero oficial de Javier Duarte, aquel a quien le envía las cartas escritas desde el penal; como buen apologista, Gómez Leyva hace una defensa velada de uno de los delincuentes más codiciosos de este país. Ahora, Ciro Gómez Leyva tiene nueva cliente, Rosario Robles. Dice Gómez Leyva que lo de la examante de Carlos Ahumada puede ser una persecución política, porque a ella la encierran por delitos que no se le han comprobado. Habría que decirle al señor Gómez Leyva que ahí están los testimonios de Juan Manuel del Portal quien ha insistido en las muchas veces que comunicó a Robles sobre las anomalías y las empresas fantasma en las dependencias donde fue titular. Se reunió con ella y se lo puso por escrito. En algo está cierto Gómez Leyva, no le han comprobado del todo los delitos a Rosario Robles, pero hay indicios de que puede ser culpable. Y las leyes en México requieren de indicios de culpabilidad para vincular a una persona a proceso; en adelante la investigación se intensifica hasta que se comprueba la inocencia o culpabilidad.

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