Édgar Hernández* /
¡Sergio Vázquez se perfila!
A escasos seis días de que se dé a conocer la convocatoria para elegir al auditor general del Organismo de Fiscalización Superior de Veracruz, ORFIS, las bancadas legislativas de Morena, el PAN y el PRI, coinciden en rechazar la propuesta de reelección de Lorenzo Antonio Portilla Vázquez.
Ello al tiempo que adelantan que será investigado por el uso y destino de 210 millones de pesos.
Son 30 millones anuales, hace siete, que se entregaron a ORFIS vía “retención del 5% al millar que obliga ORFIS al momento que los municipios inician una obra pública”.
Lorenzo Portilla se justifica argumentando que lo retenido han sido destinado a la supervisión de obras, pero hoy se sabe que fueron la caja chica en favor de quien hoy busca reelegirse.
En realidad Lorenzo no es lorenzo, solo se hace.
A la millonaria inversión en busca de su reelección, se suman una serie de factores que dieron lugar a la unánime desaprobación legislativa.
No gustó el hecho de “brincarse” al gobernador Cuitláhuac García al acudir a México y buscar en Palacio Nacional una entrevista con el Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Y no solo eso.
En su intento de dar el albazo mostrando a los jerarcas de la 4T, las presuntas pillerías de Miguel Angel Yunes, desdeñando al gobernador y
al Congreso local, Portilla, se exhibe al no alcanzar su objetivo de entrevistarse con el Presidente de México.
Es más ni siquiera pudo charlar con el secretario particular Alejandro Esquer Verdugo.
Solo lo hizo de manera breve con un auxiliar quien lo remitió a la Fiscalía General de la República para que presentara la denuncia correspondiente, decisión que tomó el 4 de junio pasado en donde, como es del dominio público señaló a Miguel Angel Yunes Linares por desvío de mil millones por cámaras de videovigilancia.
Portilla, a su regreso a Xalapa, ese mismo 4 de junio, se la pasó cacareando a través de ciertos columnistas chayoteados que era el “bueno” y que ya traía la bendición de López Obrador.
Ello dio lugar al primer descolón de parte del Presidente de la Junta de Coordinación Política, Juan Javier Gómez Cazarín, quien sostuvo –un día después del regreso de Portilla- que “no votaría por la reelección en ORFIS”.
Y en el uno-dos, el presidente del Congreso, José Manuel Pozos le sorraja que rinda cuentas con “fundamento en el Artículo 9 de la Ley Superior y de Rendición de Cuentas del Estado de Veracruz sobre la retención del 5% al millar que se realiza al momento de efectuar (los ayuntamientos) el pago al Contratista”.
¿Dónde está ese dinero? ¿Dónde los 30 millones anuales que se entregan a ORFIS producto de ese 5% al millar?
En paralelo los ex gobernadores Duarte y Yunes inician acciones bajo la mesa para desquitarse de la traición de Portilla.
El primero, Javier Duarte, desde prisión descalifica al creador de Portilla, a quien fuera su Contralor General, Iván López Fernández, a quien califica de “borracho irresponsable”.
Mientras del lado de Yunes Linares se observa una acción soterrada cuando Portilla sale a declarar que “he recibido amenazas por auditar el sistema de videovigilancia”, refiriéndose por supuesto al exmandatario.
Portilla había olvidado quienes lo rescataron de ser un burócrata de tercera en la época de Fidel Herrera a magnate de ORFIS, gracias a Duarte.
Olvidó asimismo la advertencia de Yunes Linares quien había prometido meterlo a la cárcel desde su campaña electoral, pero se la perdonó por arrodillarse y entregar todos los expedientes incriminatorios contra Duarte.
Ya para las semanas siguientes, hasta esta víspera, se sucede la embestida mediática final pagada para favorecer a este oscuro personaje.
Así, mientras cierta prensa maiceada se desbordaba en encomios y aplausos en favor de la reelección, la prensa crítica, la que hace opinión, corría el maquillaje de todas sus pillerías de Lorenzo Portilla a lo largo de siete años, así como sus negocios de extorsión a los alcaldes, el nepotismo en su oficina y el manipuleo de la cuenta pública al igual que sus traiciones políticas.
Se decide por tanto desde la cúpula del poder gubernamental, atajarle la reelección y exigirle rendición de cuentas “hasta las últimas consecuencias” lo cual lo coloca en la antesala de Pacho Viejo.
En paralelo, el Congreso del estado cita a un primer encuentro privado con dos de los aspirantes en donde no se encuentra, por supuesto, el “borracho” de López Fernández.
Uno de ellos ha sido visto con simpatía.
Es Sergio Vázquez, quien ha sido objeto de cuestionamiento legislativo por presuntos actos de corrupción cuando fungió como Auditor Externo del organismo del agua, CMAS Xalapa.
La minuciosa revisión arrojó, sin embargo, que no existía tal acto de corrupción, sino que, con documentos en mano, Sergio Vázquez demuestra a los diputados que Lorenzo Portilla fue quien le orquestó una campaña mediática de descredito.
Sergio Vázquez comprueba de la manera fehaciente con documentación sellada y recibida ante ORFIS la legalidad contable de CMAS.
¿Por qué Lorenzo Portilla emprendería dicha acción difamatoria?, le preguntaron a Vázquez los legisladores a lo que argumentó que el golpeteo se da luego de tomar posesión de la Presidencia del Comité de Participación Ciudadana del Sistema Estatal Anticorrupción, antesala natural para aspirar a ORFIS.
Esa responsabilidad lo convertiría en enemigo natural de quien ya venía planeando con antelación su reelección.
Al descubierto la perversión y transas de Lorenzo Portilla, es que el Congreso del estado decide bajarlo del caballo, emitir la convocatoria que hará pública el próximo miércoles y abrir la puerta a nuevos prospectos.
“¡Lastima Margarito!”, como diría nuestro inefable gobernador Cuitláhuac García.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo