¿Y si Portilla no se queda en el ORFIS?

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Lorenzo Antonio Portilla FOTO: JUAN DAVID CASTILLA
- en Opinión

Bernardo Gutiérrez Parra / Arturo Chipuli Castillo, miembro del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Veracruzana, dijo que el titular del ORFIS, Lorenzo Antonio Portilla Vásquez, si puede reelegirse en el cargo ya que la Ley de Fiscalización Superior con la que fue designado en el 2012, contempla esa posibilidad. “La normativa actual no puede ser retroactiva porque se estarían violando derechos del mismo Congreso local y del auditor” expresó el investigador.

Sus palabras no tendrían mácula de no ser porque cometió la pifia de aventarse un comercial a favor de Lorenzo Antonio, al manifestar que aunque en Veracruz no se contempla la figura de la reelección en el ORFIS, a nivel nacional es una práctica común, ya que en temas de Fiscalización Superior “es importante la continuidad y experiencia de sus titulares”.

¿Aunque ni las buenas lociones les quiten el tufo a corruptos, señor Chipuli?

La Ley de Fiscalización Superior dirá misa, pero nunca podrá pasar por encima de la Constitución Política, en este caso la de Veracruz, que en su kilométrico artículo 67 mandata: “El Congreso designará al titular del Órgano de Fiscalización Superior, por el voto de las dos terceras partes de los diputados presentes, de conformidad con el procedimiento que determine la ley. El titular del Órgano durará en su encargo siete años, no podrá ser reelegido y sólo se le podrá remover por las causas graves que la Ley señale…

Además, no se puede invocar una Ley que ya fue abrogada. Y esto, o pretende ignorarlo el investigador o no lo sabe, lo que sería muy grave.

Como la Ley tiene sus resquicios, la única manera en que Portilla Vásquez puede buscar su reelección es renunciando a su cargo y compitiendo como los demás aspirantes. La bronca es que dentro del mismo ORFIS tiene enemigos que están esperando a que se vaya para sacarle sus trapos al sol debidamente documentados.

¿Entonces sí se puede reelegir? Si renuncia sí, pero no sería ético en un tipo que permitió tanta maniobrabilidad a Duarte y Yunes Linares.

Hace unos días Lorenzo Antonio se organizó una comida con los miembros de la Asociación de Comunicadores Veracruzanos, y a la pregunta de por qué tuvieron que ser otras entidades las que señalaron los desvíos de Duarte y Yunes y no el ORFIS, contestó que porque ambos sujetos “se perfeccionaron tanto que no los detectó ni el SAT”.

Aparte de cínico, falaz.

En el caso concreto de Duarte, Portilla Vásquez fue su fiel tapadera y él lo sabe. De haber hecho medianamente su trabajo, el ex gobernador jamás se habría robado lo que se robó.

Que a toro pasado grite “¡al ladrón, al ladrón!” y afirme que es honrado, honesto e incorruptible, no son más que muestras de su insolente desdoro.

Si tuviera ética y tantito así de vergüenza no buscaría con malsano ahínco (y a costa de millones de pesos del erario), continuar en la titularidad de un organismo al que ha corrompido por siete años.

Bueno y a todo esto ¿qué pasará si no se reelige?

Es una hipótesis, pero lo más seguro es que engorde la cuenta bancaria de buenos abogados que lo ayuden a librarse de estar donde se encuentra en estos momentos Javier Duarte.

PD.

Ha trascendido que será un auditor de la CDMX quien sustituirá a Portilla Vásquez, con lo que tanto éste como la más de media docena de aspirantes al ORFIS se quedarían chiflando en la loma. Dios ha de querer que no manden a un repostero o a un panadero, como sucedió con Brenda Cerón Chagoya, que de especialista en banquetes para fiestas, la habilitaron como titular de la Comisión de Búsqueda de Personas Desaparecidas.

Protesta ignorada

Hace más de un mes que un grupo “Cardenistas” protestan frente a la entrada del Congreso local. Antes lo hicieron en el Palacio Municipal de Xalapa y el alcalde Hipólito Rodríguez los mandó al diablo. Luego pidieron audiencia con el gobernador Cuitláhuac García que ni siquiera los ha volteado a ver.

Desde hace más de treinta días han estado de manera intermitente en la entrada del Congreso donde se tomaron la foto con el presidente de la mesa directiva, José Manuel Pozos Castro que prometió ayudarlos y eso fue todo.

Este miércoles me acerqué a platicar con dos de ellos, pero al rato ya había más de diez rodeándome. Todos sin excepción con ropas humildes; todos sin excepción personas que viven en colonias terregosas, carentes de lo más indispensable, donde el aire que se respira huele a letrina. Todos arrebatándose la palabra:

No venimos a que nos regalen nada, venimos a que nos den servicios. No somos invasores, somos propietarios de nuestros lotes. Queremos agua, luz y drenaje, queremos pavimentación, una escuela para nuestros hijos, queremos vivir como la gente. Ellos (Hipólito, Cuitláhuac y los diputados cuando fueron candidatos) prometieron ayudarnos pero se han hecho gueyes. No estamos aquí por gusto, queremos que nos apoyen…

Y al ver esto uno se pregunta ¿dónde están los militantes de la 4T que prometieron apoyarlos mientras anduvieron en campaña? Y la respuesta llega de inmediato: están disfrutando de las mieles de ser gobierno, y las carencias de personas realmente necesitadas como las apostadas en el Congreso local les valen madres.

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