El nacimiento de “Los Cuicos”; les basta una promesa de dinero y a cambio la abyección

Cuicos
«Hermanito, ya no fuiste a visitarme», Silvia grita angustiada y rompe en llanto cuando ve llegar el ataúd de Celestino Ruiz Vázquez, periodista asesinado la noche del viernes 02 de agosto (2019). Minutos antes, ella junto con Blanca Flor, esposa de Celestino lavan el piso encharcado de sangre. Están dentro de la tienda “La Bocanita”. Son las dos de la tarde cuando un calorón que pareciera “infernal” recae sobre la comunidad que está impactada por el hecho de violencia FOTO: FRANCISCO DE LUNA
- en Carrusel, Opinión

Armando Ortiz / Un día después del asesinato de Jorge Celestino Ruiz Sánchez, el gobernador Cuitláhuac García se reunió con un grupo de periodistas, no más de 20 dice uno de los asistentes, 18 exactos dice alguien que no estuvo ahí. Comieron ensalada de fruta con nuez, salmón con espárragos y mousse de fresa. Pero lo más sabroso de la cena fue la promesa de los acuerdos para publicitar las obras del gobierno del estado, es decir, el tan anhelado convenio. Vaya, se pudieron haber ahorrado el banquete, les pudieron haber dado frijoles hervidos con epazote, ellos a lo que iban era por esa promesa. Mientras ellos cenaban con el gobernador, en casa de Celestino Ruiz Sánchez alguien limpiaba la sangre del comunicador. Paco de Luna, quien no fue invitado a la cena, fue a Actopan, Veracruz para grabar la escena; demasiada sangre, mucha sangre, más sangre que la que corría por las venas de esos 18 periodistas que departían jubilosos con el gobernador. Se necesitaba esa sangre derramada para el nacimiento de un nuevo grupo, “Los Cuicos”. Por supuesto, no se puede decir que todos los asistentes formarán parte de ese exclusivo grupo de panegiristas que en adelante tendrán una ardua tarea, encubrir los yerros del gobernador y llenar de halagos su persona. Algunos empezaron de inmediato, otros ya lo venían haciendo de tiempo. Los que ayer decían que el joven Javier Duarte sería el mejor gobernador de Veracruz, ahora lo dirán de Cuitláhuac García; los que decían que Gina Domínguez era una Juana de Arco, ahora lo dirán de Iván Luna. Los nombres cambian, la abyectos nunca.

Cuitláhuac García mató al periodista Celestino Ruiz Vázquez; ¿cómo es posible eso?

No creemos que haya una orden explícita donde se indique que todo lo que tenga que ver con la Fiscalía de Veracruz deba ser desechado; que todo lo que venga de Winckler deba ser ignorado. Lo que sí hay es una actitud de confrontación por parte del gobernador Cuitláhuac García y del secretario de Gobierno Éric Cisneros. Esa actitud, que no ayuda en nada para que se disminuyan la incidencia delictiva en el estado, la han copiado otras entidades, otros funcionarios que se creen que, si el gobernador trae broncas con el fiscal Winckler, pues ellos pueden tomar las mismas actitudes. De acuerdo con un documento que se dio a conocer, desde el mes de abril la Fiscalía Especializada de Delitos Electorales y en Delitos contra la Libertad de Expresión mandó un oficio para solicitar se instruyera al personal de Seguridad Pública para que proporcionara las medidas de protección y auxilio a Celestino Ruiz Vázquez. Al parecer, ese oficio, por venir de la Fiscalía General del Estado de Veracruz no se tomó en cuenta. Y no pueden decir que sí se tomó en cuenta, porque el mismo Celestino Ruiz Vázquez había comentado que no tenía protección; dos veces atentaron contra su vivienda, una de esas veces a balazos. La actitud de confrontación entre el fiscal y el gobernador ya contaminó a sus funcionarios públicos, y éstos hacen caso omiso todo lo que de la Fiscalía provenga. Es por ello que, si a alguien hay que responsabilizar de la muerte del periodista Jorge Celestino Ruiz Vázquez, es al gobernador Cuitláhuac García. Esperemos que después de esto ya entienda que su actitud estúpida tiene consecuencias trágicas.

Los periodistas no queremos un policía en la puerta de nuestras casas; queremos que Cuitláhuac deje de ser ineficiente

La solución para evitar la muerte de periodistas en Veracruz o en cualquier otra entidad del país no es tan simple como poner un policía para que siga a todas horas a los periodistas; eso sólo puede caber en una mente estulta, que sólo dice frases que antes no conectó con su cerebro. De hecho, son muy pocos los periodistas que solicitan esa protección y son menos los que la necesitan. El gobernado aludió que, si esa es la solución, pues no está a su alcance: «No podemos ponerle un policía a cada periodista, el ciudadano tiene derecho también a la seguridad, aquí lo importante, lo muy importante es, de nuestra parte es mandar un mensaje clarísimo no va haber impunidad y vamos a ir por los responsables». Ahora bien, sólo viento sale de la boca del gobernador, quien dice que mandará un mensaje clarísimo de que no va a haber impunidad, pero ese mensaje no sólo debe quedar en palabras, ese mensaje debe estar acompañado de acciones concretas. De hecho, lo único que ha habido en el gobierno de García Jiménez es ineficiencia, inoperancia y nepotismo. Ese mensaje sí lo tenemos bien claro, tan claro que los veracruzanos mandaron al gobernador de Veracruz hasta el sótano de los gobernadores ineficientes.

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