Sam se suicidó enfrente de sus compañeros de clases. Antes de que este niño se acostara sobre las vías del tren, Sam le entregó su mochila a uno de sus amigos; en la mochila, policías ingleses encontraron una nota suicida, la cual tenía dos nombres y la contraseña de su celular.
La madre de uno de los amigos de Sam dijo que él jugaba con su hijo y nunca vio que alguien le pegara, pero ella sabía que el pequeño Sam era víctima de Bullying. «Esto es horrible» dijo la mamá del amigo de Sam. La escuela católica donde acudía Sam a clases dijo no saber nada sobre el acoso que le hacían sus compañeros.