¿Por qué tanto encono entre Duarte y Osorio? Habría que preguntarle a Anilú Íngram

Acuerdo
Javier Duarte de Ochoa y Miguel Ángel Osorio Chong FOTO: YAHIR CEBALLOS/PROCESO
- en Carrusel, Opinión

Armando Ortiz / Por alguna razón el exgobernador de Veracruz, el presidiario Javier Duarte, está enfocando todas sus baterías en contra de Miguel Ángel Osorio Chong, quien fuera secretario de Gobernación del gobierno de Enrique Peña Nieto. Uno podría pensar que la lógica indica que, como encargado de la política interior, Osorio Chong es quien estaba al tanto del caso Duarte. Pero hay más razones, razones que no necesariamente tienen que ver con la política. Si usted recuerda bien, al empoderarse Osorio Chong como secretario de Gobernación, y una vez que Anilú Íngram perdiera en 2015 la elección para diputada federal, la talentosa funcionaria se acercó a Miguel Ángel Osorio Chong quien la hizo ipso facto delegada de Sedesol en Veracruz. Algunas personas comentan que el romance político Osorio-Anilú fue más allá de lo político. La exreina del Carnaval de Veracruz soñó con ser senadora de la República, pero ante la salida de Osorio Chong del gobierno de Peña Nieto se tuvo que conformar con una diputación federal. Fuentes cercanas a Osorio Chong señalan que las verdaderas razones del pleito entre Duarte y Osorio Chong tienen que ver con Anilú Íngram. Al parecer Anilú Íngram le entregó “todo” políticamente hablando a Javier Duarte, “todo”, y éste no cumplió con el contrato convenido. Anilú esperaba más por ese “todo” y cuando tuvo oportunidad de tener “muy cerca” a Osorio Chong fue cuando aprovechó para desquitarse y echarlo de cabeza. Por supuesto que el secretario estaba al tanto del caso Duarte, conocía sus movimientos y por dónde lo podría agarrar. Peña Nieto se debió lavar las manos y decirle a Duarte que todo era cosa de Chong. Eso explicaría el encono tan personal que tiene Duarte con su rival de funcionaria. Como diría el filósofo Javier Solís: “Quien sepa de amores que calle y comprenda”.

Édgar Spinoso, el tercer implicado en el secuestro de los ingenieros; buscado en más de 190 países por la Interpol

Ya lo decíamos, Édgar Spinoso participó en el secuestro de los ingenieros. Primero amenazó y después, con un arma, acudió a las oficinas de los encargados de obra para a punta de pistola secuestrarlos, entonces también debería de tener prisión preventiva, como su hermano César y su sobrino Rodrigo, quien junto con él participaron en esos hechos delictuosos. En su conferencia de prensa, el fiscal Winckler dijo que hay un tercer implicado (no reveló su identidad) en el secuestro de los ingenieros y que hay una orden de aprehensión vigente en contra de ese tercer implicado que se encuentra sustraído de la acción de la justicia. Es por ello que se ha pedido colaboración de la Interpol para que este tercer implicado sea buscado en más de 190 países. En el video que se filtró a algunos medios de comunicación se advierten varias personas participando en el secuestro. Se ve a César, hermano de Édgar Spinoso, a Rodrigo, sobrino de Édgar Spinoso, y al mismo exdiputado federal con su pistola en mano. Por lo tanto, ese tercer implicado no podría ser otro que el mismo Édgar Spinoso, quien está siendo buscado en el país y en más de 190 países por la Interpol.

Luis Ángel Bravo llega en muletas para dar lástima al juez; pero le niegan cerrar su caso. Utiliza el mismo truco que Bermúdez Zurita

Luis Ángel Bravo está en arresto domiciliario, así que vaya usted a saber cómo se pudo lastimar el exfiscal duartista al grado de tener que llevar muletas para presentarse ante el juez, para pedir que se cerrara su caso, para así gozar de una libertad plena para poder disfrutar de los beneficios de la Cuarta Transformación. Vale señalar que Arturo Bermúdez Zurita utilizó el mismo truco, llegar con muletas al juzgado de Pacho Viejo a firmar como lo debería hacer cada semana. En el caso del Capitán Tormenta el juez le tuvo compasión y lo eximió de ir a firmar cada semana; pobrecito, iba con su patita lastimada. Luis Ángel Bravo no tuvo la misma suerte, o no actuó tan bien como Bermúdez Zurita que el juez no se tragó el cuento de las muletas, por lo que lo regresó a su arresto domiciliario a esperar a que su caso se resuelva. A qué presuntos delincuentes tan descuidados. Resulta que todos, Gina, Flavino, Nemi, Bermúdez y ahora Luis Ángel Bravo, una vez que los retiran del poder, o se enferman o se accidentan. Al parecer una nubecita de mala suerte los acompaña a donde vayan, o lo que es más seguro, no se les quita lo trinqueteros y quieren seguir viendo la cara de pendejos a los veracruzanos.

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