Los cambios no sólo se logran con las acciones, a veces los cambios requieren de modificar nuestra actitud, es decir, mirar las cosas desde otra óptica. Un policía no sólo es un guardián del orden, un policía es también un servidor público y como tal su finalidad debería ser brindar servicio y seguridad a los ciudadanos. Esto lo decimos por una fotografía que circula en redes sociales en donde se ve a un policía estatal de Veracruz ofreciendo comida a un pequeño que al parecer ayuda a su familia de vendedores ambulantes.
Hace tiempo, uno de los sueños de los niños era ser policía, era ser ese guardián del orden al que todos en el vecindario le tenían respeto y estima; un servidor público al que los vecinos acudían para sentirse seguros. Pero eso cambió. Hubo un tiempo en que a un policía se le tenía tanto miedo como a un delincuente; debemos reconocer que muchos policías se volvieron delincuentes. En los tiempos de Fidel Herrera y de Javier Duarte los policías levantaron a nuestros hijos y los arrojaron en fosas, los entregaron al crimen organizado.
Eso todavía lo tenemos presente en nuestra mente. ¿Cómo sacar de nuestra mente esa imagen negativa que tenemos de los policías? Las acciones de ellos pueden ayudar. Esa imagen de un servidor público, un policía ayudando a un niño, brindándole ayuda y seguridad es un buen principio para que en poco tiempo volvamos a sentir respeto y estima por los policías; para que nos podamos sentir otra vez seguros en su presencia.
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