La madre Juli Lanser llevó al pequeño Rafael a un especialista del habla, pero ningún tratamiento logró hacer reacción con el niño, que en aquel entonces sólo tenía cuatro años. La madre no sabía qué hacer para ayudar a su pequeño, un día Rafael se puso a ver videos en inglés y tras varias horas, días y semanas, Juli Lanser notó que su hijo ya podía mantener conversaciones fluidas, pero en inglés, inclusive mantenía las pláticas en inglés con su terapeuta.
La familia de Rafael se las vio difícil un tiempo debido a que ellos no hablaban ese idioma, situación que alarmo a la gente cercana a la madre y al hijo. Tiempo después el niño se convirtió en polígloto aprendiendo ocho idiomas más aparte del inglés.