El periodismo cuando demuestra las mentiras de un funcionario público, sólo puede aspirar a la sanción social. El periodismo pone ante la opinión pública las evidencias de la mentira y son los ciudadanos los que deciden si creer la versión del periodista o la versión del funcionario. Pero los que deben actuar, tomando en cuenta las evidencias, son las autoridades. En el capítulo I, artículo 6 que habla sobre el objeto del Sistema Estatal Anticorrupción leemos: «El Sistema Estatal tiene por objeto establecer principios, bases generales, políticas públicas y procedimientos para la coordinación entre las autoridades de los Entes Públicos en la prevención, detección y sanción de faltas administrativas y hechos de corrupción, así como en la fiscalización y control de recursos públicos».
De tal modo que corresponde a la Fiscalía Estatal Anticorrupción, a cargo de Marcos Even, prevenir, detectar y en su caso sancionar. Marcos Even sabe que los periodistas ya le ahorramos mucho trabajo, pues las evidencias que mostramos en el reportaje sobre nepotismo en Veracruz, muestran claramente que la contralora Leslie Garibo cayó en incumplimiento de un deber legal y que Cuitláhuac García pudo haber caído en conflicto de intereses.
¿Hasta dónde llegará la investigación de la Fiscalía Anticorrupción? Esperemos que llegue más a fondo de los que nosotros llegamos. Una cosa es segura, Marcos Even no va a salir con el cuento de que Cuitláhuac y Eleazar no son primos.
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