Bernardo Gutiérrez Parra / El sábado en la madrugada una mujer de 26 años y embarazada de ocho meses, fue asesinada a puñaladas en una vivienda del barrio de Croydon, al sur de Londres. Su bebé que nació en el momento y lugar de los hechos, permanece grave en el hospital, informó Scotland Yard a la agencia de noticias EFE.
“Estamos ante un incidente horrendo en el que una joven madre ha perdido la vida y su hijo está en estado crítico”, declaró el inspector jefe Mick Norman, a cargo de la investigación.
La noticia lector, conmocionó a la ciudad; fue información destacada en los noticieros y de primera plana en la mayoría de los rotativos del domingo.
En 2018 se registraron en esa ciudad 53 crímenes violentos y eso preocupó a los londinenses que no quieren parecerse a Nueva York en ese renglón. Pero la policía respondió y el índice delictivo ha bajado este año.
Aun así, un desquiciado asesinó a una mujer y casi mató al bebé que llevaba en el vientre. En respuesta, las autoridades garantizaron a los ciudadanos que darán con el culpable y por lo pronto detuvieron a un sospechoso.
Acá de este lado del Atlántico las cosas son más escalofriantes. De los 2 mil 457 municipios que tiene el país, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública ha hecho una lista de los 100 donde se registran más feminicidios. Catorce de esos 100 municipios pertenecen al estado de Veracruz y Xalapa ocupa el segundo lugar nacional con ocho feminicidios registrados en cinco meses (Ciudad Juárez está en primero con 11).
En orden descendente le siguen Córdoba y Veracruz con 5 feminicidios; Coatzacoalcos y Papantla con 3. Y con dos cada uno los municipios de Agua Dulce, Emiliano Zapata, Minatitlán, Orizaba, Poza Rica, Río Blanco, Tecolutla, Tierra Blanca y Tuxpan.
Apenas en abril nueve municipios aparecían en esa lista, pero gracias a la inoperancia e ineptitud del gobernador Cuitláhuac García, y a sus denodados esfuerzos por no hacer nada en favor de las mujeres, en sólo un mes se sumaron cinco municipios a este inventario macabro.
Cuarenta y dos feminicidios en cinco meses son muchos. Y si a esos le agregamos 25 perpetrados en junio, la cifra se eleva a 67. Es decir, sólo en feminicidios, Veracruz registró más muertes violentas que todas las que tuvo Londres el año anterior.
La suma de asesinatos violentos este medio año en la entidad es de 167. Muy por encima de los 53 de Londres en todo el 2018.
Londres tiene una población de 8 millones 200 mil habitantes y el 97 por ciento confía en su policía. Veracruz tiene 8 millones 500 mil habitantes y sólo el 3 por ciento confía en su policía.
Los londinenses aún no pierden su capacidad de asombro ante una muerte cruenta. Los veracruzanos perdieron esa capacidad desde hace diez años después de cuatro de vivir de asombro en asombro. Porque la pesadilla ya dura 14 años.
Cuando se comete un asesinato en Londres la policía da la cara, ofrece encontrar a los responsables y generalmente lo logra. Eso da confianza a la ciudadanía.
En Veracruz ningún jefe policiaco ha mencionado las casi 170 muertes violentas de estos meses y menos ha ofrecido dar con los responsables. Entre las víctimas hay niños y adolescentes y el gobernador Cuitláhuac García no tuvo ni un acto de humanidad para sus deudos. Él anda en lo suyo: haciendo nada.
Frívolo e insustancial como es, este lunes se fue al Zócalo de la Ciudad de México a festejar a su jefe Andrés Manuel y el triunfo de la 4T.
En Londres los delincuentes le piensan para cometer un asesinato. En Veracruz lo hacen impunemente todos los días y a todas horas.
La familia de la chica asesinada el sábado sabe que las autoridades darán con el responsable más temprano que tarde. En contrapunto, la única certeza que tienen los familiares de los veracruzanos asesinados, es que sus verdugos quizá nunca aparezcan y nunca se haga justicia.
Y no lector, no estoy haciendo comparaciones, simplemente quiero dejar asentado que entre el profesionalismo de la policía londinense y la puta indiferencia e irresponsabilidad de las autoridades veracruzanas, los contrastes son abismales.