¿Y el dinero que donaron para los damnificados de los sismos de 2017? Los muy miserables de la IP se lo transaron

Dice la Escritura en Primera de Juan 3:17: «Pero cualquiera que tiene los medios de este mundo para el sostén de la vida, y contempla a su hermano pasar necesidad, y sin embargo le cierra la puerta de sus tiernas compasiones, ¿de qué manera permanece el amor de Dios en él?» Miles de personas que donaron dinero y bienes a los damnificados de los sismos del 7 y 19 de septiembre de 2017 lo hicieron porque contemplaron a sus hermanos en necesidad y abrieron las puertas de sus tiernas compasiones. Pero hubo otras personas que, como el inicuo que pone un pie para que se tropiece el ciego, son malditos, pues se quedaron con mucho del dinero que se donó para aliviar la necesidad y el dolor de los damnificados.

De acuerdo con reportes de la Auditoria Superior de la Federación (ASF), no se sabe a dónde fueron a parar muchos de los donativos que se entregaron vía el Fideicomiso Fuerza México. Ese fideicomiso lo administró el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y Nacional Financiera, es decir, el Estado fue ajeno al manejo de los dineros. ¿Por qué lo hizo? Para deslindarse del saqueo.

De acuerdo con el reporte de la ASF, «la gestión gubernamental de la SHCP en los donativos para atender a la población afectada por los sismos de 2017 fue deficiente, ya que no estableció bases ni lineamientos para emitir las convocatorias, recepción, administración, control y distribución de los donativos; no acreditó que se coordinó con las autoridades correspondientes, entre ellas la Secretaría de Relaciones Exteriores, y el Fideicomiso Fuerza México, para la recepción y distribución de los donativos; y no evidenció contar con criterios de confiabilidad ni mecanismos de actualización permanente». En pocas palabras, el gobierno dejó que se robaran ese dinero, habiendo tanta gente desesperada por haber perdido todo su patrimonio.

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