María Sanjuana Cerda Franco, exintegrante del Colegiado de Administración y Finanzas del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), ha sido diputada federal y senadora, es una mujer que no le marea el poder. Fue de las pocas mujeres que no se dejaron seducir por el canto de las sirenas y demostró de lo que estaba hecha cuando los vientos soplaban en contra. Aunque tuvo cercanía institucional con Juan Díaz de la Torre, Sanjuanita, como le dicen sus cercanos, jamás le dio la espalda a la verdadera líder del SNTE, a su amiga, la maestra Elba Esther Gordillo.
Es más, cuando fue coordinadora del grupo parlamentario del Partido Nueva Alianza (Panal) en la Cámara de Diputados, alzó la voz pidiendo a las autoridades judiciales que «se garantizara plenamente el debido proceso» y el respeto a los derechos humanos de la maestra. Nunca se echó para atrás, estuvo y ha estado en las buenas y en las malas con la renaciente y poderosa líder magisterial.
Hoy Sanjuanita es una pieza importante en el tablero que maneja la maestra; esta mujer de pequeña estura tiene una altura política que ya muchos políticos quisieran tener. Es cierto que está en la jugada por lealtad a la maestra, sin embargo, la lealtad en la política es una virtud muy escasa y quienes la poseen, son indispensables; afortunadamente esta es la característica principal de María Sanjuana Cerda Franco.
es la leal al peñanietismo, que aprobó la reforma energética.