Un caso que ha conmocionado a Puerto Rico está a punto de dar un giro inesperado. La semana pasada fueron reportados como desaparecidos, primero la madre y después el hijo. Janette Rivera fue reportada como desaparecida por los familiares, y a los pocos días fue reportado como desaparecido, el hijo de ésta, Francisco Xavier. El caso se aclaró cuando encontraron al hijo, quien confesó que días antes había tenido una fuerte discusión con su madre a la que le propinó seis puñaladas que le quitaron la vida.
El joven dejó el cuerpo en su casa, salió en la camioneta de la madre y regresó para envolverla en una sábana, para después arrojarla en una fosa. Una vez que condesara su crimen, Francisco Xavier llevó a los policías al lugar a donde había arrojado el cuerpo de la madre. Todo hace pensar que una vez confesado el crimen, el joven de 16 años debería ser juzgado como un adulto, sin embargo, ahora resulta que, al haber confesado sin la presencia de un pariente adulto, la confesión del joven no es válida.
Y a pesar de que se encontró el arma homicida, no hay evidencia de que ésta fuera usada para cometer el crimen. Además, el cuerpo de la madre estaba en tal estado de descomposición que no es viable realizar estudios periciales. De modo que el joven que confesó la muerte de su madre y que llevó a los policías a donde estaba el cuerpo, podría quedar en libertad. Así a justicia en Puerto Rico.
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