En una foto oficial de la visita de los gobernadores de Chiapas, Rutilio Escandón y de Tabasco, Adán Augusto López Hernández, quienes acudieron para acordar medidas sobre el flujo migratorio en los estados, aparece también el secretario de Gobierno de Veracruz, «el prietito en el arroz», Éric Patrocinio Cisneros Burgos, quien ya se siente a la altura de los tres gobernadores. La semiótica de la foto deja claro quién manda en la casa de Cuitláhuac García.
Y es que los veracruzanos no entienden la falta de autoridad del gobernador, quien es muy exigente con sus enemigos políticos, pero que es bastante permisivo con su secretario de Gobierno, quien le ha dado varios tours por innumerables chiqueros. El más reciente, el caso Marmico, en el que muchos analistas señalan al número dos del gobierno de Veracruz como el autor intelectual del secuestro de Marcos Mirandas Cogco, y después como el que estuvo atrás de ese montaje que llamaron rescate.
Ya pesar de ello, el gobernador le permite posar para la foto oficial del evento, como si el señor no nadara ya en el lodazal de su desprestigio. Como dirían en el pueblo, si eso no es amor, entonces qué lo es.
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