Cuitláhuac García, reunión familiar; de cómo los Guerrero se montaron en el poder y “otros sucesos dignos de felice recordación”

Cuitláhuac
Reunión de las familias García y Guerrero, donde se observa al hoy gobernador Cuitláhuac García y el primo incómodo Eleazar Guerrero FOTO: WEB
- en Carrusel, Opinión

Armando Ortiz / No todos en la familia de Cuitláhuac García están contentos de ver como los Guerrero Pérez se montaron en el poder. Uno de ellos, cuyo nombre no revelaremos, por obvias razones, se sentó frente a un servidor. Tomaba con demasiada precaución su taza de café; bebía la infusión a sorbos pequeños, como si después de media hora de que se lo sirvieran el café siguiera caliente. Animado por el coraje empezó su relato:

“Cuitláhuac no estaba muy seguro de ganar la gubernatura. Ya había perdido con el padre (Yunes Linares) y eso lo dejó marcado. Por eso no quería ser candidato, porque dos derrotas no las podría soportar. Ahora sabemos que López Obrador arrasó, y que cualquier candidato que pusieran ganaría montado en la ola de López Obrador. ¡Bueno, no hasta la pendeja de Ana Miriam, con lo nefasta que es ganó en Xalapa! Pero en ese entonces no lo teníamos muy claro. De eso se aprovechó Eleazar Guerrero, quien, estoy seguro, promovió una reunión en la que estuvo toda la familia, los García Durán, los Guerrero Pérez, los Garrido, los Jiménez.

Eleazar siempre había sido priista, pero nunca figuró, siempre ocupó puestos de segunda, de tercera; ni siquiera pudo ser alcalde de Jilotepec. ¡Imagínate! Y eso que creo su fundación esa que se llamaba Juntos, donde regalaba pelotas de plástico de tres pesos. Pero Eleazar fue el que le vendió a la familia la idea de que había que juntarse todos para hacer ganar a Cuitláhuac. En esa reunión familiar que se dio antes de la campaña, se acordaron muchas cosas, de cómo apoyar, de cómo participar, de hablar con los amigos, los vecinos, de crear cuadrillas. Pero también se acordó que los García no iban a tener puestos en el gabinete de Cuitláhuac, pero sí los Guerrero; y esos cabrones se agandallaron todo. ¡No tuvieron madre! Ya pusieron hasta a los cuñados, a pendejos que no hicieron nada en campaña; porque hubimos quienes nos fajamos, quienes estuvimos dando tiempo, trabajo y hasta dinero. Y esos pendejos ahora se sienten “cacas grandes”; hasta camionetotas del año andan estrenado, y nunca se aparecieron en campaña.

Eleazar fue el que operó con los priistas, sobre todo con los duartistas, quienes vieron en el Chiquiyunes un peligro, pues la cacería que iniciara el padre, la habría de continuar el hijo. No me consta, pero se dijo que Eleazar aceptó apoyo hasta de Gabriel Deantes, quien había sido su amigo, no muy cercano, más bien su empleado, pero él lo llamaba “amigo”. También dicen que se reunió con un enviado de Fidel y de Duarte; pero nada de esto me consta. Eso es lo que la familia escuchaba y a muchos no nos parecía, porque siempre habíamos sido fieles seguidores de López Obrador y eso no va con él. Pero decíamos que, si llegaba a ser gobernador, Cuitláhuac arreglaría todo eso. Pero no lo arregló, antes bien, a insistencias del primo, porque Eleazar es su primo, eso no lo puede negar y por eso no lo ha negado y ya hasta metió a la abuela que no tiene nada que ver en estos enredos, sacaron a los primeros duartistas presionando a los jueces.

Ahora sabemos que López Obrador y su popularidad, y su votación pusieron a Cuitláhuac en la gubernatura, pero Eleazar le vendió la idea a Cuitláhuac que fue gracias a su operación con los priistas que se ganó, porque la votación de López Obrador fue mucho mayor que la de Cuitláhuac y que de no ser por él (Eleazar), el Chikiyunes lo habría alcanzado.

Es por ello que Eleazar Guerrero tiene a mucha gente insertada, el lleva su propia lista que cada día es más grande, y se olvidaron de la familia, que porque, óyelo bien, dicen que meternos a nosotros es nepotismo. Así como lo oyes, el cabrón no apoya a la familia que siempre militó en la izquierda, que siempre apoyó al profe Atanasio, porque antes de Cuitláhuac apoyamos a mi tío Atanasio, y no nos apoya porque es nepotismo. Eso es no tener madre. Por eso dicen tanta mentira, porque está en juego toda la estructura que construyó Eleazar, todos los compromisos con los duartistas”.

El interlocutor se dio cuenta tarde de todo lo que había dicho, de a quién se lo había dicho, pero ya estaba dicho. No quiso contestar más preguntas, sólo antes de retirarse me dijo: “Ya ves que lo del ‘tío Julio’ era cierto, tú pendejo que no buscaste bien en sus fotos, pero ahí estaba con nombre y apellido”. Dejó un billete de cien pesos, más de lo que costó su café y se fue sin miedo, sin cuidarse de que lo vieran hablando conmigo. Después de todo, él no es nada en el gobierno de Cuitlahuac García, el no se apellida Guerrero.

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