Cinco menores de entre 16 y 17 años fueron detenidos por agredir física y verbalmente a un grupo de indigentes. Se les imputa un delito de odio, en concreto por aporofobia (odio a los sintecho). Uno de ellos, al ser entrevistado después de su detención, argumentó que «me dan asco los indigentes, me pueden pegar algo o morder», y a lo cual los oficiales quedaron sorprendidos por la falta de respeto e insensibilidad. Las victimas que tienen entre 25 y 50 años no tuvieron un previo choque o intercambio de palabras con los jóvenes agresores, según su testimonio y el de la gente que se encontraba en ese momento por donde ellos pasan la noche.
Los agredidos presentaban heridas leves y rasguños, pero se negaron al servicio médico. Un oficial de la policía que se encontraba fuera de servicio al ver que los jóvenes empezaron la agresión, intentó calmar la situación, pero los jóvenes también arremetieron contra él. Estos hechos dejan ver que la población ignorante en todo el mundo va en ascenso, y si bien muchos lugares están en pobreza extrema, los menos culpables son las personas que pasan esta situación.
A veces esto se adjudica al desempleo que hay por todo el mundo, pero los actos de estos jóvenes no sólo indignan a la sociedad, también dejan ver qué tipo de educación tienen en sus casas. Ojalá las autoridades tomen estas acciones en serio y apliquen un correctivo justo y ejemplar para que la forma de pensar de estos jóvenes cambie y poco a poco poder lograr solidaridad.
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