Bienvenido don Peje… ¡debería de quedarse en lugar del Cuicaras!

Cuitláhuac
Tuxpan, Ver. El Presidente Andrés Manuel López Obrador en compañia del gobernador de Veraceruz, Cuitlahuac García Jiménez FOTO: JOSÉ LUIS AGUILAR/FOTOVER
- en Opinión

Édgar Hernández* /

Ahora viene a Coatepec a decirnos, una vez más lo chingón que es Cuitláhuac… ¡Ay, nanita!

O le preocupa mucho su “Juanito” veracruzano o simplemente viene, por sexta vez, a burlarse del pueblo –Veracruz es la tercera reserva electoral del país- que no solo ve con desconfianza a Cuitláhuac, sino al propio Pejelagarto, quien ha descendido 15 puntos en su popularidad en tan solo seis meses.

Y es que en Veracruz ya terminó la luna de miel.

Y aunque el pejelagarto asegure que Cuitláhuac es “honesto”, para los veracruzanos está bajo sospecha por el asunto de las patrullas y los medicamentos.

Así, mientras el Peje sostiene que el gobierno estatal no registra casos de corrupción, en el DIF, vía licitaciones sin concursar, adelantan el regresó el moche; en la Secretaría de Salud, se concesionan para los amigos las medicinas a precios preferenciales; en la Secretaría General de Gobierno, el 19 de enero, se denunció al titular Eric Cisneros quien “cita a los alcaldes, les propone firmar el recibo del 100% de los recursos, pero solo les da el 50%”.

Y subraya el legendario Peje quien trae cinco mil pesos para cada cafeticultor, que en Veracruz los corruptos pertenecen al pasado.

Sin embargo en Veracruz los vemos muy en el presente.

En los hechos el primo del gobernador, Eleazar Guerrero, subsecretario de Finanzas, ha tendido una red administrativo-financiera en todas, absolutamente todas, las dependencias del gobierno de tal suerte que no hay licitación, compra de materiales y servicios o pago a prestadores que no pase por su oficina.

En esa oficina, la de Eleazar, el “moche” es fijo: 20 por ciento.

Es tanto en el propio DIF y en la Secretaría de Seguridad tiene colocados a sus hijos Eleazar y Nitzia responsables del tránsito del dinero donde cientos de millones pasan por sus firmas.

El Peje, al igual que su fiel soldado, Cuitláhuac, aseguran que se magnifica el asunto de la seguridad pública –yo tengo otros datos-, pero el propio Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, al corte de abril, nos tiene colocados en el quinto lugar de mayor criminalidad, a Coatzacoalcos como una de las 20 ciudades más peligrosas e inseguras del mundo y a la capital del estado, Xalapa, como la primera en feminicidios.

Veracruz está sometida por siete carteles cuya cuota promedio de muertos que entrega día a día oscila entre los 12 y 18 ajusticiados y despedazados, sin contar que hay momentos como el pasado fin de semana que sumaron 30 muertes en diferentes rumbos de la entidad.

Estamos a todo dar “¡Vamos a darle un aplauso a Cuitláhuac García!”, pide a gritos el presidente moreno a sus pejezombies cada que viene por acá ignorando –como todo lo que no le conviene- que en el ranking de impopularidad el atarantado gobernante, está colocado entre los cinco, de 32, con peor calificación en la república.

¡Pero eso vale madre!

El Peje va con todo por su pupilo ¡quien sabe que le ve! Lo respalda y quita peligros en acecho como Ricardo Ahued y grita a cada lance que “¡A Veracruz le va a ir bien, con Cuitláhuac, quien es un hombre limpio!”

Y el “limpio” de Cuitláhuac que gana por unos días más oxígeno, que sobrevive un par de semanas hasta que vuelva a venir su tutor, quien sabe en el fondo de su perversión que no es tanto que apoye a un gobernador tonto o incapaz, sino que su propio cuello va de por medio.

Veracruz para el López Obrador es una piedra en el zapato.

Con la matanza de Minatitlán observó que su popularidad cayó cuatro puntos; que la presencia criminal de los carteles y que el polo de desarrollo más importante de México no camine, lo cual da al traste con su proyecto, ha provocado el desencanto y de nuevo la pérdida de cinco puntos porcentuales en su popularidad.

Va en el 15%, que no es caída libre, pero… apenas van seis meses, a lo cual se suma el fracaso local, la ingobernabilidad.

En nada ayuda el nepotismo de los cuitlacuistas; tampoco el caso Winckler vuelto un verdadero ovillo; o la briosa actividad en la oscuridad, de Miguel Angel Yunes Linares, a la que se suman las torpezas de Eric Cisneros, en gobierno; Zenyazen en educación; Gómez Cazarín; en el Congreso, y Hugo Gutiérrez Maldonado en Seguridad Pública.

¿Aun así, estamos a toda madre?

Pues a los ojos del Peje sí. Habría que hurgar las entrañas ciudadanas en donde ya se empieza a sentir el hartazgo ante la parálisis social e inseguridad pública que vivimos.

De todas maneras, amigo Pejelagarto, sea usted por esta vez, bienvenido…

Tiempo al tiempo.

 

*Premio Nacional de Periodismo

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