Tres ladrones entraron a una tienda en Manzanillo, Colima. Amagaron con un arma al dependiente que nunca opuso resistencia, que hizo todo lo que los ladrones le indicaron, que se hincó para mostrar que no haría nada para impedir el robo y, sin embargo, cuando los ladrones tomaron lo que pudieron, uno de ellos se acercó por atrás y disparó al joven de 15 años que se encontraba de espaldas e hincado.
¿Por qué? No se sabe porque los ladrones, entre ellos el asesino, están libres. El hecho ha causado una gran conmoción entre los ciudadanos, que están aterrados por la manera despiadada y brutal como asesinaron a este dependiente, que no dio motivo para que, una vez que consumaron el robo, lo asesinaran de esa manera. Asesinar por asesinar; causar daño irreversible a una persona que no representa ningún riesgo, ¿por qué?
Es una pregunta que en este siglo XXI no tiene ya respuesta. Sólo nos queda indignarnos y exigir justicia. Germán estaba trabajando en esa tienda para ahorrar y comprarse una computadora. Quería ser administrador de empresas. Pero ya no podrá serlo porque unos tipos consideraron de poco valor su vida.
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