Si Manuel Velasco va a Semarnat, con él se van Alberto Silva y Javier Herrera, uno hijo putativo de Fidel, el otro natural

Javier Herrera Borunda, Alberto Silva Ramos y Manuel Velasco Coello FOTO: WEB
- en Opinión

Armando Ortiz / Muchos no quieren a Manuel Velasco en la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales. Algunos políticos cercanos a López Obrador saben de lo que es capaz de hacer Velasco en esa dependencia, porque le conocen sus incapacidades. Pero ya sabe usted que López Obrador tiene una parafilia por los incapaces, de modo que es caso seguro que Manuel Velasco, exgobernador de Chiapas llegue a la Semarnat. El problema es que junto con Manuel Velasco también llagarían sus rémoras, esas que se le pegaron desde que éste era gobernador de Chiapas. Estamos hablando de Javier Herrera Borunda y de Alberto Silva, uno hijo natural el otro hijo putativo. Los dos personajes han estado operando para Manuel Velasco, en lo particular Alberto Silva ha operado mediante sus amanuenses en Veracruz, para que Jorge Winckler salga de la Fiscalía del estado. Silva sabe que mientras Winckler siga como fiscal de Veracruz, existe la posibilidad de que él se pase una temporada en Pacho Viejo. No sé si usted se haya dado cuenta, pero desde antes del triunfo de López Obrador, Silva se convirtió en un aplaudidor entusiasta de la 4T.

Josefa González Blanco, hija de un posible genocida, no dejó Semarnat por el retraso de un vuelo, estaba hasta la madre de los despidos y los recortes presupuestales

Josefa González Blanco es hija de Patrocinio González Blanco, exgobernador de Chiapas y secretario de Gobernación en parte del sexenio de Carlos Salinas. El padre de Josefa es el responsable de los bombardeos en contra de territorio chiapaneco en los primeros meses de 1994, durante el conflicto con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Para muchos fue una sorpresa que la hija de este presunto genocida llegara a Semarnat; quizá aquí se pueda aplicar la máxima de que los hijos no deben pagar por los pecados de los padres. Josefa González Blanco renunció a la Secretaría de Medio Ambiente, se dice, porque pidió retrasar un vuelo en el Aeropuerto Internacional Benito Juárez. El presidente se enteró por ella misma y López Obrador le pidió que renunciara, y ella renunció. Pero las verdaderas razones de la renuncia de Josefa no fue el retraso del vuelo, López Obrador le ha perdonada peores cosas a otros funcionarios y gobernadores. Josefa González Blanco, ha trascendido, estaba hasta la madre de los muchos despidos y de los recortes al presupuesto de la Semarnat. Usted debe recordar que recientemente nos enteramos de que se recortó el presupuesto al programa de combate a los incendios, en una época en que los incendios se han intensificado. Pero no sólo eso, en los seis meses que lleva la presente administración federal se ha despedido a 16 mil 630 trabajadores, según informe de El Universal. De modo que Josefa nada más estaba esperando a gota que derramara el vaso para, igual que Germán Martínez, dejarle tirada la oficina a López Obrador para que pusiera a cualquier pelele. ¿Y quién levantó la mano? El pelele de Manuel Velasco.

AMLO, “o todos hijos o todos entenados”; así como pidió renuncia de Josefa en Semarnat, que la pida a nepotistas, influyentistas, corruptos e incapaces

Andrés Manuel López Obrador sin darse cuenta se metió en un gran aprieto. Según versiones del propio presidente de México, cuando Josefa González Blanco le relató el incidente del retraso de un vuelo por su culpa, el mismo le pidió que entregara su renuncia. AMLO aplicó en este caso la máxima bíblica que dice: “El que es fiel en lo mínimo es fiel en lo mucho, y el que es infiel en lo mínimo es infiel en lo mucho”. Si Josefa es capaz de influir en el capitán de un avión para que retrase un vuelo, sería capaz de cosas “peores”. Sin embargo, se espera que, en adelante, cuando se den casos claros de nepotismo, influyentismo, corrupción, ineficacia, negligencia, mentira, traición u otros pecados políticos o administrativos, el presidente mida a todos sus funcionarios con la misma vara. No se vale que a unos los trate con firmeza y rudeza innecesaria, pero a otros los trate como si de hijos discapacitados se tratara. En Veracruz, por ejemplo, varios reportajes y notas informativas han comprobado la corrupción que impera en el gobierno de Cuitláhuac García. El primo de Cuitláhuac está insertado en el gobierno manejando los recursos, operando los moches; se ha comprobado que en Salud se hicieron contratos con adjudicación directa a las empresas vinculadas con Carlos Lomelí, superdelegado de Jalisco; se ha comprobado con datos que no han sido desmentidos, de la corrupción que impera en el Cobaev. Se han comprobado muchas cosas, pero aquí no pasa nada. Aquí López Obrador, de manera incongruente viene y le da una sobada en la espalda a su hijo discapacitado, pregonando que podrá ser todo lo incapaz posible, pero que al menos es honesto.

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